A tu lado ||C.V&TÚ||TERMINADA

62. Celoso

En cuanto ambos se separan, Christopher se acerca a su esposa y la toma de la cintura

—Vamos cariño, debemos entrar, Margaret y Rob nos están apartando el lugar —Dijo Christopher rápidamente —Hasta luego, Charles —Se despidió mientras prácticamente cargaba a su esposa al interior de la iglesia, ella se despidió de Charles agitando su mano

Ambos caminan hacia la banca donde Margaret y Rob se encontraban, Chris en ningún momento soltó la cintura de su esposa, hasta llegar con ellos, tomaron asiento y él colocó su brazo al rededor de los hombros de ella

—¿Enserio no lo habías visto? —Preguntó Christopher, ella lo mira con una ceja arqueada

—¿A qué te refieres con eso? —Pregunta de vuelta

—Si, digo... Creí que era al primero que le contrarias que estás de regreso, como tú y él parecen muy unidos —Responde con un poco de sarcasmo, ella solo frunce el ceño

—No inventes cosas, por amor a Dios —Le dijo ella, Christopher solo niego

—No invento nada, solo fue una suposición... No me agrada nada verte con él —Menciona de pronto, ella lo mira a los ojos y al instante frunció en ceño —¿Qué? No me agrada... Pareciera que está muy interesado en ti —Añadió

—Es ridículo como te creas ideas en la cabeza y más de Charles, él es un hombre muy honorable, es respetuoso y él si comprende que no debe meterse en un matrimonio —Responde ella y al instante, quita el brazo de Chris que le rodeaba, él captó la indirecta al instante

—Estoy celoso —Añadió de pronto, ella lo mira con confusión —No me agrada en lo absoluto como hablas de él... Cómo si fuera... Ay, olvídalo —Christopher cortó la conversación de una vez, dejando a su esposa un poco confundida

"¿Celoso?
¿Christopher?
Una muy mala broma, él no sabe lo que es eso"

El padre dió inicio a la misa de esa tarde, todos miraron hacia al frente y pusieron atención.

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—¿Estás lista? —Preguntó Christopher al tocar la puerta del baño

—En unos minutos salgo, Christopher —Responde ella, él solo deja salir un suspiro y camina hacia la habitación, se sienta en el sofá y al instante, mira la maleta de su esposa sobre la cama

Cuando ella llegó, le dijo a Christopher que no iba a desempacar, que sus cosas iban a quedarse en su maleta para cuando el plazo se cumpliera, ella simplemente la cerrará y se fuera de ahí, Christopher por más que trató de que ella guardara su ropa, colocará sus cremas y maquillajes de nuevo en su mesa, ella se rehusó, incluso cuando Christopher le dijo que podía traerle el  tocador que le había hecho de la nueva casa, ella lo rechazó

—Estoy lista, vámonos —Le contesta ella en cuanto la puerta se abrió, Chris se incorpora y la ve con una sonrisa

Llevaba puestos unos tacones bajos color hueso, junto con unos de esos vestidos amplios pero cortos que habían comenzado a usarse en la época color rosa intenso con un patrón de líneas por todo el vestido, su cabello suelto y solo sujeto con un par de broches en el cabello.
Chris dejó salir una sonrisa al verla así, estaba radiante y lo sabía lucir. Él a pesar de que no solía preocuparse mucho por su aspecto, usó un par de pantalones de pana color marrón, con una camisa de botones en color amarillo pastel, sus botas negras, peinó un poco su cabello y aquella mañana se había afeitado muy bien.

—¿Nos vamos ya? dije que quería dormir temprano —Le contesta ella y Christopher se puso de pie al instante, la toma del brazo y ambos salen de casa.
Subieron a la camioneta y comenzó a conducir hacia el salón de baile, dónde esa noche, habría música en vivo.
Tomados del brazo, la pareja entra al salón tranquilamente

—Si que está ambientado, se ve que la gente la pasa bien aquí —Comentó Christopher, ella solo observó el lugar

—Jamás creí venir —Dijo ella con una sonrisa al ver como las personas bailaban alegres de un lado al otro

—Yo... Te dije que sería diferente nuestra relación... Si a ti te gusta bailar, a mí me gusta verte feliz —Le menciona él mientras la mira a los ojos, ella siente sus mejillas sonrojarse un poco, jamás imaginó que Christopher le diría algo así —Pero bueno ¿Bailamos? —Pregunta él con una sonrisa, ella solo asintió seriamente y ambos caminaron hacia la pista, dónde la música lenta sonaba, él le toma la mano derecha y la une con la suya, mientras que su otra mano libre sujeta la cintura de su esposa, quedando cuerpo a cuerpo, mirándose a los ojos.