57. Triste y vacío

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|1 año después|

—Chris, la lluvia está por venirse y con este viento, seguro enfermeras —Le comentó Margaret mientras miraba al joven trabajar

—Entraré luego, aún tengo que terminar de soldar la protección de la ventana —Le contesta él mientras carga las piezas metálicas de un lado al otro, Margaret solo niega

—Puedes terminarlo mañana, cariño... Haise y Rob te esperan para cenar —Comenta Margaret

—Oh no, tengo que hacerlo ahora, tal vez ella vuelva mañana y quiero que esté terminado —Le contesta Christopher mientras mide con la cinta métrica

Margaret resignada, volvió a su hogar en espera a que Christopher fuera con ella a cenar, pero no fue así, al contrario, no parecía tener intención de moverse de ahí.
La lluvia comenzó a llegar, Margaret observa a Chris por la ventana, como el pobre trabajaba bajo el agua de la lluvia, empapándose por terminar las protecciones de su casa.

Habían pasado ya 12 meses desde que su esposa se había ido, 12 largos y deprimentes meses en los que la ausencia de ________ dejó un gran vacío en casa.
Desde aquella noche en la que su esposa se despidió de él y le pidió que la dejara en paz, Christopher sentía como si una parte de si mismo se hubiera quedado con ella, se sentía triste y vacío, sentía el frío en su cama, extrañaba tanto que amaneciera y la pudiera ver a su lado, esas ansias por volver a escuchar a su esposa tararear las canciones del radio, sus desayunos riquísimos y ese gran sentido del orden.
Christopher tenía más que claro que no iba a darse por vencido en recuperar a su esposa, sabía que tal vez un día de estos, por tanta insistencia suya, ella aceptaría volver. Chris había ido una vez por mes a Denver para hablar con su esposa, para pedirle que por favor volviera a casa, pero ella seguía negandose una y otra vez, sin importarle cuan suplicante se miraba su esposo, hasta que después de la quinta visita, ella simplemente ya no se presentaba ante él, los hermanos Holbrook ya no le abrían la puerta, él se quedaba afuera esperando a que ella saliera, pasaban horas y no le quedaba más que irse.

Durante este tiempo, Christopher tuvo la oportunidad de comenzar a construir su nuevo hogar, un par de albañiles recomendados por Rob le ayudaron a construir su casa, una hermosa casa de 2 pisos color verde olivo, con 3 habitaciones grandes, una cocina espaciosa, una sala amplia y con buena luz, Chris se había encargado de buscar hacerla al gusto de ella, le dejo un buen espacio para un jardín, le hizo incluso un techado para que el sol no le marchite las plantas, ya solo quedaba darle los toques finales para que él y su esposa pudieran vivir ahí.
Se había esforzado mucho en su nuevo hogar, deseaba enseñárselo a ella y que ambos pudieran habitarlo.

Christopher corre hacia su antigua casa con apuro, la lluvia que se había tornado muy intensa le nublaba la vista y comenzaba a hacer mucho frío. Al entrar a su casa, se quitó las botas mojadas, caminó hacia su baño para tomar su toalla y secarse, después, se sentó en el sofá a contemplar la lluvia por la ventana, hasta poco a poco, quedarse dormido en el sofá por el agotamiento.

[>>>]

—¿Ya te vas? —Pregunta Haise mientras ve a Christopher subir a la camioneta, él asintió —¿Es enserio? ¿Irás de rogón por esa mujer otra vez? Entiende que ella no quiere volver a tu lado, Chris —Añadió Haise, pero Christopher solo niega con pesar

—No lo entiendes Haise, mi esposa...

—Ella ya no quiere ser tu esposa... Ya te dejó claro lo que pasa entre ustedes...

—Lo que pasó entre ella y yo volverá a suceder, ella volverá a casa, nosostros...

—Ella no te ama —Responde de golpe, pero Christopher solo deja salir un suspiro

—Pero yo a ella si, mi amor es tan grande como el de dos personas... No le hará falta —Contesta Christopher mientras enciende la camioneta

—¿Y lo de nosotros? ¿De lo que hablamos? —Pregunta Haise, Christopher solo niega con pesar

—Por eso, solo lo hablamos... Nos vemos Haise, quiero llegar a Denver antes del anochecer —Se despide Chris mientras arranca camino hacia la carretera, estaba ansioso por llegar a Denver.
El caminó fue largo, aproximadamente 6 horas en la camioneta, hasta que llegó a la cuidad, con la esperanza de poder hablar con su esposa después de tanto tiempo.

A tu lado ||C.V&TÚ||TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora