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Una vez que terminaron de comer salieron del lugar, aún era bastante temprano por lo cual decidieron entrar a un tipo de centro comercial que estaba justo al frente y que les llamó la atención a ambos. El lugar era pequeño, solo tenía algunos locales con bebidas y comida chatarra, había un cine y otra sección donde había un arcade y más videojuegos.

(Con un arcade quiero dar a entender más tipo como los juegos de un Petter Piper Pizza o algo así, espero me entiendan).

Decidieron ir a jugar así que recargaron una tarjeta como ahí mismo les ordenaron y aunque definitivamente no estaban acostumbrados a este tipo de cosas les emocionaba.
Los trabajadores y otras personas les miraban extraño, el hecho de que fueran vestidos en traje en un lugar así claramente les extrañaba, además de que parecían estar en su mundo e intimidaban un poco a la gente. Podrían pensar que en cualquier momento asaltarían o comenzarían un masacré ahí mismo. Pero ellos no tenían tiempo para pensar en matar a alguien, ahora mismo parece que se habían olvidado de para quien trabajaban y solo eran ellos dos.

La tarde se pasó muy rápido para los dos sin que se dieran cuenta, ya estaba comenzando a oscurecer pero aún no recibían ninguna llamada de Kinn, en parte les preocupaba pero también sabían que él tenía sus razones. Era poco probable que estuviera en peligro ya que él sabía cuidarse muy bien así que no se ponían a sobrepensar.
Decidieron ir a sentarse ya que estaban bastante cansados de haber jugado durante aproximadamente dos horas y media, se la pasaron riéndose y compitiendo entre ellos, los dos podrían asegurar que tenía mucho tiempo que se la pasaban tan bien, compraron unas bebidas y no dijeron nada mas, pero ninguno de los dos estaba incómodo. Pasaron unos cinco minutos hasta que el mayor tomó la palabra.

Iré al baño, espera aquí por favor - espero a que el otro asintiera y entonces se fue.

Una vez que Big salió del baño vió ahí mismo una maquina de peluches y se acercó, entonces se fijó en que estaba la oportunidad de sacar un peluche fácilmente. Sacó una moneda de su bolsillo y la echó a la maquina.
Solo torció los ojos cuando su intento falló pero entonces sacó otra moneda y lo hizo de nuevo unas 3 veces, ésta última vez logrando sacar el peluche.
Era un pingüino gris con blanco, pequeño pero lo suficientemente grande, lindo a su parecer.

Sé detuvo a pensar en que a él en definitiva no le gustaban ese tipo de cosas, pensó en Kinn pero por obviedad éste lo rechazaría y también recordó lo que su compañero le dijo en aquel restaurante, entonces borró de su mente a su jefe. Llegó a la mesa y se paró un lado de Ken, extendiendo la mano para darle aquel muñeco.

¿Y esto? - preguntó el chico tomando el peluche y viéndolo con ternura.

Te lo regalo, afuera de los baños había una maquina de esos y lo saqué en mi primer intento sin pensarlo, pero yo no lo quiero así que tómalo. - dijo Big, obviamente mintiendo.

Gracias supongo, está lindo - le sonrió a quien tenía enfrente y el otro le devolvió la sonrisa.










Más noche llegaron a la casa de la familia principal y los chicos se retiraron a su habitación.
El mayor entró a cambiarse al baño, Ken acomodó aquel regalo de Big en su buró justo a un lado de su cama, le sonrió al peluche y pensó en todo lo que había pasado en el día riendo inconsciente recordando algunos de sus temas de conversación.

Por su mente pasó el pensamiento de que su día había parecido una cita, ya que realmente nunca antes había hecho eso con nadie y además, inspirandose en las películas todo lo que hicieron era lo más cliché y obvio para una cita.

La única diferencia es que para tener una cita, tienen que estar enamoradas las personas o por lo menos que haya alguien interesado en el otro. Y ellos estaban seguros de que entre ellos no había más que una amistad.

Quererte no es tan malo - BigKen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora