Trata de una adolescente de 17 años, en tan solo un año tendrá que elegir su bachillerato o ciclo, está muy implicada en la decisión y estudios, pero sin ella esperarlo aparece la distracción perfecta con nombre y apellidos, la chica que le dará vue...
«Fue descendiendo desde mi cuello, se topó con una camisa ancha y se desprendió de ella con sorprendente rapidez y dibujó un camino de besos hasta mi bajo vientre-
¡TOC, TOC! —Alguien estaba llamando a la puerta.» (...)
(...)
—¡Mierda, mierda, mierda! Ponte la camisa y hazte la dormida.
Del susto que me di, no pude articular palabra, me limité a hacer lo que me dijo Caro. Oí el ruido de la puerta abrirse era el profesor de matemáticas, que oportuno, como siempre.
—Está mejor, necesita descansar, sigue con fiebre, se va a quedar esta noche conmigo por si le sube la fiebre o necesita cualquier cosa.
— Vale, perfecto. Bueno, yo subía para ver como estábais y por si íbais a bajar a cenar, pero ya me imagino que no, ¿quieres que os suba algo?
—No gracias Mateo, ya me han traído algo de comida, pero gracias igualmente —Dijo mientras le cerraba la puerta.
—He, vale — Ese vale se oyó con la puerta ya cerrada.
—Uff —Dijo apoyada de espaldas a la puerta, mirándome.
Yo abrí los ojos observando la situación, le vi la cara más relajada que antes, nos habíamos asustado ambas.
—Bueno, ya pasó, ¿por dónde íbamos? —Me miró girando un poquito la cabeza y mirándome con intención de seguir con lo que habíamos dejado a medias.
Volvió a atraparme entre sus brazos y fue a por mis labios como animal hambriento, se separó, me miró y me dijo:
—Incorpórate —Dijo en tono mandón, me encantó y le hice caso, por supuesto.
—Quítate la camisa — Nuestras miradas seguían fijas, nuestros ojos no miraban a nada más. Me quedé desuda del tren superior, Caro paseó su mirada por mi tronco desnudo observándolo como nadie antes lo había hecho, me hizo sentir única, esos ojos azules aceleraban los latidos de mi corazón y volvió a mirarme a los ojos mientras apartaba la sabana que cubría mis piernas, sin quitarme la mirada y cuando a penas quedaba sábana por apartar, empezó a sonar mi móvil.
—No puede ser —Dije dejándome caer en la cama.
—Shh tranquila, deja que suene —Se colocó encima de mí, alcanzándome de nuevo, entre tanto mi respiración se aceleraba sutilmente al notar una de sus piernas entre las mías, el móvil pareció dejarnos tranquilas en nuestra atmosfera de tensión sexual por resolver. Inclinó su cabeza, marcando como nuevo objetivo mis pechos, sus ojos apuntaban justo hacia donde quería ir. Su lengua se dejó llevar desde mi bajo vientre hasta el centro de mis pechos, mi cuerpo respondió arqueándose con autonomía, me estremecí al notar como las manos de Caro abrazaban los laterales de mi cuerpo, sumándole calor al ambiente, al notar como Caro se encontró con uno de mis pezones, salió un gruñido de mi garganta el cual no pude controlar, Caro sonrió contra mi pecho y continuó sumándole intensidad, provocando en mí nuevos gemidos. No podía más, llevaba demasiado tiempo quieta, me moría por tomar la iniciativa, por sorprenderla. Sin pensármelo, reuní fuerzas y me coloqué encima de ella, estaba sentada encima de su abdomen, su cara me confirmó que pudo notar mi humedad, levantó las manos en señal de rendición y su gesto me provocó aún más y comencé a moverme encima de ella, su ropa me molestaba así que esta vez fui yo quien le exigió su desnudez.
—Quítatelo todo —Dije mirándola fijamente.
—Aprendes rápido, a sus órdenes — Dijo mientras se desprendía de su camiseta y sus pantalones.
Se giró de espaldas a mí, sacandome de encima suyo, esperando que le quitara el sujetador, lo desabroché tal y como esperaba y acariciándole la espalda acompañé al sujetador a la salida de ese cuerpo escultural. Tenerla así, de espaldas, era una posición privilegiada y no me pude resistir a darle húmedos besos en el cuello los cuales provocaron gemidos directos a mi oreja, estos me hicieron gemir de vuelta, la intensidad del momento me empujó a darle un pequeño mordisco antes de abandonar su cuello a lo que Caro respondió con una risa mezclada entre gemidos. Caro se giró bruscamente, nos quedamos cara a cara, se sentó encima de mis piernas y su mano se coló entre nuestros cuerpos, buscando el camino perfecto hacia mi intimidad, y justo antes de colarse en mí se acercó a mi oreja susurrándome:
—Imítame en todo lo que haga a partir de ahora, mi amor — Dijo en una voz ronca que nunca antes había escuchado y que aumentó la temperatura de mi cuerpo.
Su mano siguió el camino marcado hacia mi intimidad, lo mismo hizo mi mano, empezó a jugar con sus dedos, a encontrar mi clítoris, lo mismo hice yo. Las dos nos empezamos a mover contra la otra, palabras que se mezclaban entre gemidos, mordiscos, gruñidos, hasta que Caro me miró fijamente y me dijo:
—¿Puedo? —Sabía perfectamente a lo que se refería, así que contesté:
—Si no lo haces, te mato.
Una risa delató su nerviosismo, sus dedos corazón y anular se colaron con previo aviso dentro de mi cuerpo, yo seguía imitando sus movimientos, pude notar lo tan mojada que estaba y eso hizo que me mordiera el labio con fuerza silenciando un gemido, empezó a moverse contra mi mano y yo contra la suya, cada vez más y más rápido, más y más profundo hasta que llegamos a la vez al clímax de todas nuestras emociones, gemidos, gruñidos y movimientos. El final se hizo ver con un beso con apenas fuerzas, las dos nos tiramos en la cama mirando hacia arriba.
—Wow, Caro —Se me escapó sin siquiera pensarlo en forma de suspiro.
—Ja, ja, ja, ¿Wow, Caro? Yo más bien diría wow Judith —Dijo entre risas.
Nuestras cabezas giraron lo suficiente para poder encontrar nuestras miradas. Caro estaba abriendo la boca para decirme algo justo cuando mi móvil volvió a sonar, arruinándolo todo.
—Cógelo anda, seguro que es Paula preocupada por ti —Dijo mientras se ponía mi camisa ancha, en dirección a la bolsa blanca que había dejado en la encimera de la cocina.
Efectivamente, era Paula...
—Dime Paula...
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Este capítulo viene con todo, espero que os guste.
Debo resaltar que es el primer libro que escribo, así que perdonar la inexperiencia que a lo mejor podéis notar.
Si os ha gustado esta nueva entrega, no olvidéis darme como regalo vuestro voto que me ayuda a saber que voy por buen camino.