La distracción perfecta

El día de la mala suerte

EN EL CAPÍTULO ANTERIOR...

♪Voy caminando por la vida, sin pausa, pero sin prisa, procurando no hacer ruido bestia con una sonrisa, sin complejos ni temores canto rumbas de colores y el llorar no me hace daño siempre y-♪

—♪Cuando tú no llores ay♪ —Cantó Carolina acabando la frase de la canción. Se había quedado en la puerta a escucharme cantar.

Me giré de golpe —Ay que vergüenza —Dije con un hilo de voz.

—No te preocupes, no tienes por qué tenerla — Se me acercó mucho hasta quedar a centímetros de mi boca con la excusa de llegar a la impresora. (...)

(...)

Me aparté para que pudiera utilizar mejor la impresora con la cabeza un poco agachada por la vergüenza de que me pillara infraganti.

—Así que el Milindris ¿he? —me preguntó mientras cambiaba el papel de la impresora.

—Ja, ja, ja ¿Milindris? — pregunté entre risas.

—¿Qué? ¿Qué pasa? Así se le llamaba en mi época —Dijo volteando su cabeza sin dejar lo que estaba haciendo.

—¿Tu época? Ni que tuvieras ochenta años ja, ja, ja. Mi época dice ja, ja, ja —Dije sorprendida por su expresión, era mayor que yo, pero no tanto.

—¿Oye esto de reírte de tus profesores lo haces muy a menudo? —Dijo haciendo broma.

Yo me le acerqué, ella estaba de espaldas esperando a que se imprimieran las fotocopias, aproveché que no me estaba mirando, así mis nervios se escondían por un periodo corto de tiempo, me acerqué a su oído y le dije:

—No lo suelo hacer, pero contigo es diferente, tienes un "no sé que" — recorrí su brazo derecho con mi mano desde sus dedos hasta su hombro —que me atrevo a hacer cosas que antes no hacía —Dije con un tono distinto a la conversación anterior, más susurrado, más sutil.

—Pff que peligro tienes Judith —Dijo girándose y apartándome delicadamente con una media sonrisa dibujada en su cara.

Pude notar como por primera vez se ponía nerviosa, me encantó que el motivo de su nerviosismo llevara mi nombre, siempre era ella quien me buscaba desde que notó mi interés por ella, pero esta vez fui yo.

Me esquivó hasta llegar a la mesa que tenía detrás y la utilizó para alinear las fotocopias recién hechas, me miró un par de veces rápidas para no mantener mucho contacto visual, se podía oler a kilómetros que no controlaba sus nervios por más esfuerzo que hiciera. Me hizo una señal apuntando a la puerta para que saliera y la esperara fuera. Yo fui a la puerta y la esperé fuera como me hizo entender.

Mientras me adelantaba con las fotocopias en mano me dijo —Si te atreves a todo conmigo aceptame lo que te pedí y quedemos un día, pero acuérdate de contenerte.

¡Boom! Y soltó la bomba a mí me salió una risa vergonzosa al escuchar el comentario, levanté mis ojos al frente y me di cuenta de que estaba ya lejos y tuve que correr un poco para alcanzarla.

—Al final de clase te digo algo, pero acuérdate que eres tú la que no se contiene...

—Ja, ja vale —Dijo con una sonrisa pícara y un tono adivinatorio, parecía que sabía mi respuesta o como mínimo la daba por segura.

La verdad no sé muy bien por qué, pero dejamos un poco de tiempo entre su entrada y la mía de vuelta a la clase «Me siento como si estuviera en una serie, yo, dejando tiempo para que nadie sospeche, ¿pero sospechar de qué? ¿Realmente hay algo por lo que sospechar? A ver, sí que hay tonteo, pero ¿tiene futuro? ¿Tal vez fuera de aquí? Bua Judith da igual deja de rallarte la cabeza eso es pensar demasiado a futuro», pensé mientras me sentía en una película de James Bond.

Estuve lo que quedó de clase pensando si era correcto quedar con ella fuera de aquí «¿si todo cambiaba? Y ¿si nuestra "relación" por llamarlo de alguna manera, cambia o se transforma al no estar en el ambiente de instituto? Tengo que hablar con Pau como sea».

Al estar en clase no me podía levantar e ir a hablar tranquilamente con ella, además no estaba precisamente a mi lado, más bien estaba lejos y no podría entenderme, estuve un buen rato hasta que se dignó a mirarme y puse en marcha el plan, "Pau, Pau", le dije como pude por señas e intentando que leyera mis labios, "¿Qué pasa?", me contestó como pudo, la verdad es que se hacía entender, "Tenemos que hablar", esa frase siempre la entiende a la primera, da igual por qué canal sea, hablando, por señas, por escrito, siempre lo entiende, no falla. Su cara fue de preocupación, la verdad es que esa frase asusta un poco si no la pones en contexto. Las dos estuvimos pensando cómo hablar sin que se enterara Caro, hasta que cogí un papel y le escribí lo que justo y necesario para que lo entendiera y me ayudara, escribí: "Pau, la míster me ha preguntado otra vez por la salida y necesito que me ayudes a decidirlo, la verdad es que me muero de ganas por verla fuera de aquí, un bombón como ella me está invitando a salir ¿qué hago Pau? Ayúdame", se lo hice llegar de la primera manera que se me ocurrió, la de toda la vida, a través de los compañeros de clase.

— Clara, Clara — Dije intentando llamar su atención a base de susurros.

Se giró para ver quién la llamaba hasta que me vio — ¿Qué pasa? — Dijo susurrando también.

—Dale esto a Pau — Dije acercándole el papelito doblado en mil dobleces.

Asintió con la cabeza y se fueron pasando el papel compañero a compañero hasta que-

—¡¿Carlos qué le estás dando a Pau?! Aaa un papel, dámelo —Dijo Caro al darse cuenta de la cadena humana que habíamos creado por un simple papelito.

«¡Va, venga, ¿en serio? ¡Esto es una broma de mal gusto, no me creo que justo cuando casi lo coge Pau le dé curiosidad a Caro por lo que pone, que estoy en un puto libro de suspense, esto ya se pasa de mala suerte tío! ¡Además va a leer lo que he puesto, mierda!». Se me cayó el mundo encima no paraba de repetirme «¡Tierra trágame!». Lo único que podía hacer era decir que era privado, pero no llegué a tiempo para cuando me quise dar cuenta ya lo estaba leyendo.

Acordaos de darle a la estrellita, si os a gustado por supuesto.

El lunes 02/08/2021 sale nuevo capítulo.

Por favor si me he saltado/dejado algún error ortográfico hacédmelo saber.