OLIMPIA
El puño me arde, nunca antes había tenido que darle un puñetazo a alguien pero esta vez es diferente, esa cucaracha ya me había sacado de mis casillas. Tengo que admitir que mi acción no está justificada ni mucho menos, pero ver como trata de usar a Isabel hace que me hierva la sangre no es porque sea ella, con cualquiera me hubiera puesto así. No me dí cuenta antes porque no sabía que Mateo estaba aliado con nosotros, ya me pareció extraño cuando Benjamín lo vió en la gala y hablaban como si se conocieran de toda la vida.
Hasta que no me reúna con David no voy a saber qué es lo que pasó, de lo que sí debería estar preocupada es de la que me va a caer ahora. Isabel tiene cada músculo de su cuerpo en tensión y es muy notable, Cris e Iván nos los veo porque están detrás de mí pero seguro que se han quedado con la cara perpleja.
¿Qué has hecho Olimpia?
El sedante del hospital parece que ha desaparecido de mi cuerpo y me vuelve a doler la cabeza y la verdad es que no me arrepiento. El puño se vuelve rojo sobre todo en los nudillos, veo como la cucaracha se levanta y se va acercando a mí, antes de poder reaccionar y apartarme veo como Iván y Cristina se ponen en frente mía.
—¡¿Estás loca?!—me grita—. ¿Qué coño estás haciendo?
—Olimpia ¿Por qué has hecho eso?—Isabel se acerca a mí y me sujeta de los hombros, esta vez es diferente, no me miraba enfadada ni molesta si no con preocupación.
No sabría decir si por él o por mí.
—Eso deberías preguntarselo a él que lo único que hace es usarte para sacarte información—expongo, Isabel lo mira confusa y no me extraña.
No sé ni si quiera porque estoy haciendo esto, no sé porqué me meto en algo que no me concierne ni me afecta y más con personas que he conocido no hace mucho y teniendo en cuenta mi situación pero si lo pienso bien, creo que yo estaría furiosa si me enterara de algo así.
Ya me lo advirtió Benjamín ayer.
—¿Es verdad?—pregunta Isabel y él solo la mira sorprendido—. ¡¿Es verdad lo que dice?!
—O-oye...no le hagas caso—está tartamudeando—. No es lo que parece.
—¡Al menos ten la cara de admitirlo!—exclamo furiosa.
—No sé de que hablas—es increible como sigue negandolo—. ¿De dónde sacas eso?
No puedo responder a su pregunta sinceramente, no puedo decir que Benjamín me lo dijo porque se supone que no saben que él trabaja conmigo—Ahg—. Hasta ahora Mateo piensa que no sé mucho y tampoco sabría decir si sospecha de que alguién de nuestra organización me haya dicho algo. Tampoco es que sepa que Ben y yo somos cercanos y e de decir que yo tampoco soy consciente de la influencia que tiene este personaje en todo esto. Me he equivocado, he sido descuidada y he reaccionado de una manera equivocada sin tener en cuenta todo lo que hay en juego. Antes de poder acercamer a él otra vez, echa a correr y escapa.
Maldita sea.
Me recompongo como puedo y me aparto de que quienes me sujetaban, intentaba calmarme pero el dolor de cabez solo iba aumentando. Me siento en una de las sillas que había en la entrada, Cris se sienta al lado mía dandome una botella de agua, Isabel e Iván se quedan de pie.
—¿Me puede explicar el numerito que has montado?—cuestiona Isabel.
—Ya te lo he dicho—digo cansada—, Mateo te estaba usando para sacarte información y verdersela a David, joder ¿soy la única a la que le importa esto?
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Entre la rebeildía y la libertad (Primera Parte)
ActionEn la ciudad de Birmingham han estado ocurriendo numerosos ataques cibernéticos por lo que la ciudad está sumida en un completo descontrol pero, sobre todo, pinta mal para los altos cargos del país y las agencias de seguridad. La vida de Olimpia n...