Capítulo 2

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ISABEL

—Spenser—me llamó mi supervisor—. Han llamado de la comisaría de Birmingham, hay problemas.

Después de la noche que hemos pasado, lo último que me apetecía era resolver problemas irrelevantes. Tenía entendido que iban a colaborar con nosotros para conseguir parar estos ataques pero aún no nos han dicho nada y ¿ya se están metiendo en problemas?

—Dios me encantaría dejar esto—dijo Cristina dejándose caer encima de la silla—. Estoy que me duermo con solo pestañear.

—¿Qué ha pasado?—pregunté recogiendo las cosas del escritorio.

—Tienen una posible sospechosa—soltó Ivan, desde luego que eso no me lo esperaba.

—¡No veas!, ellos sí que no pierden el tiempo—soltó Cris incorporándose en su sitio—. ¿Quién es?

—Su nombre es Olimpia Diáz—comunicó nuestro jefe Matthew, aunque es extraño ¿no será que es un nombre falso o un alias?—. Por ahora no se sabe mucho sobre ella pero la están trayendo para acá.

—¿Nos haremos cargo de ella nosotros?

La pregunta se respondía sola teniendo en cuenta que esto se está llevando en secreto a las demás instituciones, dudo que le hagan un juicio y ya está, no es tan sencillo. Pero Mathew igualmente asintió. ¿Qué podríamos hacer? literalmente nadie está dispuesto a encargarse de esto, suficiente trabajo hay a parte de este.

—Dejo esto en vuestras manos—nos dijo a los tres, Cristina e Iván asintieron.

Resumiendo un poco la situación actual el servicio secreto de inteligencia ha decidido no meterse demasiado porque se han visto afectados por algunos de los ataques, y las noticias que han salido sobre ellos deja mucho que desear.

Yo lo veo como un ataque a desestabilizar el orden por simple despecho, el problema es ¿quién es el que está detrás? Lo que hay que hacer ahora es no dejar que esto se sepa en los medios de comunicación, porque al contrario sería todo un caos.

La acusada llegaría en unas horas a Londres así que me daba tiempo a salir a tomar el aire. Estar dentro de las oficinas y con el estrés sintiéndose en el ambiente, era insoportable.

Parece que me había leído la mente, justo al salir vi a mis compañeros sentándose en un banco en frente.

—¿Creéis que esto acabará con ella?—preguntó Cris—. Esto ha pasado muy rápido ¿no?

—Tendremos que esperar a la interrogación para saberlo, ¿no?—Ivan habló mientras me pasaba el café que había pedido para mí—. Hemos trabajado mucho para encontrar al menos una pista y ahora solo dependemos de lo que pueda ofrecernos.

—Sí, tienes razón—dije sentándome en el sitio libre—. Vamos solo a esperar.

Los tres nos miramos y brindamos con los cafés, es extraño pero era una tradición. El tiempo no parecía pasar y solo veíamos a las personas pasar en frente de la agencia o entrando, aún que deberíamos estar dentro adelantando trabajo. Pero bueno, por hoy está bien.

—Estáis aquí y yo que os llevo veinte minutos buscando—mi prima Hana nos sorprendió con su presencia.

—¿Qué haces aquí?—pregunté sorprendida al verla aquí—. ¿Ha pasado algo con mamá?

Hace un tiempo que mi madre se empezó a encontrar mal, al principio el médico nos dijo que no había peligro con su salud, pero estos últimos días no se ha estado sintiendo muy bien. Pese a haberle insistido en que fuera al hospital de nuevo no ha querido saber nada más del tema, siempre pone la excusa de que está bien o nos miente para no preocuparnos, pero nos damos cuenta. 

Entre la rebeildía y la libertad (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora