Entre la rebeildía y la libertad (Primera Parte)

Epílogo

OLIMPIA

—Hola ¿cómo lo llevas?—Iván me sorprende y yo gog un grito—. ¿Te has decidido?

—Estás más entusiasmado que yo—suelto una risa—. No me quieres perder de vista, lo sé.

—Deduces muy bien—suelta media sonrisa y yo me pongo más nerviosa. Calmate Olimpia—. Estás preparada.

Después de la muerte de David, Matthew me propuso trabajar con ellos en la agencia y cómo estaba pasado por un momento delicado, me dijo que en el momento que estuviera preparada fuese a hablar con él.

Benjamin pudo escapar esa vez pero tenemos a todos los agente, policías buscando, sale en las noticias y las fronteras están más aseguradas que de costumbre. Ya ha pasado un mes y creo que estoy preparada para dar un paso adelante y hacer algo que me llene, descubrí que trabajar aquí me hacía estar completa, se me da bien y tengo un equipo genial ¿qué más puedo pedir?

Desmantelamos todas las redes de REM y ahora es como si no hubiera existido, se me hace difícil hablar sobre ello porque me recuerda a mi amigo, o a lo que era. Sigo viviendo con Isabel y ahora Cristina pasa más tiempo en su casa que la misma dueña, se ve que tuvo que dejar su antiguo piso porque discutió con la abuela que vive enfrente, según ella estaba todo el día con la música a tope.

Cada loco con su tema.

Ahora para incorporarme al equipo, tengo que hacer unas pruebas en las próximas semanas pero según Mathew, mi futuro jefe dice que para mi está tirada hacia ue habrá que fiarse de él.

—Dime—me dice Mathew cuando entro a su despacho—. ¿Son los papeles para la prueba?

—Vaya, no me habías dicho que tenias este pedazo de despacho—observo todo lo que hay, es muy clásico, está lleno de fotos, diplomas y una planta aunque está muy seca—. Que callado te lo tenias ¿tendré uno así?

—Con suerte y encuentras una silla para sentarte—dice rebuscando en su cajón—. Pero si te lo curras, yo mismo te conseguiré uno.

—Me parece bien—me pongo cómoda en la silla que tiene enfrente—. ¿Necesitas que te traiga algo más?

—No, con esto es suficiente—me explica—. ¿Todo bien?

—Sí y deja de preguntármelo cada vez que me ves—sé que está preocupado por el trauma que pudo causarme ese suceso, pero estoy bien, voy poco a poco—. Si algún día no lo estoy, te lo diré.

—Bien, así me dejas más tranquila—dice con una sonrisa—. Ahora desaparece de mi vista, tengo trabajo que hacer.

—A la orden.

Cuando voy en dirección al vestíbulo veo a Isy, Cris e Iván reunidos abajo.

—¿Qué pasa?—pregunto sorprendido a Isabel mientras está de espaldas.

—Deja de hacer eso—dice seria, eso en ella no ha cambiado—. Iván se va.

¿Cómo?

—Me voy con Dani a una misión en Bélgica—me comenta y eso me pone triste—. Estaremos fuera un mes más o menos.

¿Un mes sin verle? no puede ser...

—No llores—Bromea Isabel—. Cristina y yo nos vamos a comer, os esperamos ahí.

—No tardeis—esta vez comenta Cristina con una sonrisa en sus labios ¿Por qué está tan contenta?

—Buenos, que te vaya muy bien en la misión—le digo, últimamente me pone muy nerviosa está cerca suyo así que he estado evitando lo más que he podido.

—Olimpia—su voz suena muy suave—. No quiero enrollarme pero ¿te apetece un café cuando vuelva?

—No sé si entiendo tu pregunta—¿es lo que creo que es?

—No te hagas la que no entiende—dice nervioso—. Me gustaria... si tu quieres claro, que me dieras una oportunidad para conocerte.

—¿Es una cita?—digo picara—. Me parece bien, pero vas a tener que mandarme algún que otro mensaje este mes, no vaya ser que se me olvide.

—Descuida, tu solo deja tu móvil en sonido.

No sé que ocurrirá en un menos o en está semana pero lo que sí tengo claro es que no voy a dejar pasar esta oportunidad de empezar de nuevo, tengo nuevos amigos y estoy dispuesta a sanar mis heridas. Como bien se dice por ahí aunque nada cambie, si yo cambio entonces todo cambia.

En realidad no lo dice nadie pero si no recuerdo mal, creo que es del escritor Honoré de Balzac.

.

.

.

.

.

.

.

CONTINUARA

La historia de Olimpia e Isabel aún no ha terminado, todavía quedan asuntos pendientes y preguntas sin responder, pero eso ya os lo contaré en la segunda parte. 

Espero que hayáis disfrutado de esta parte y os haya gustado tanto leerla como a mi escribirla.

¡Muchas gracias y nos vemos pronto!

Por ahora... je je je