OLIMPIA
Desde que me enteré, mi cabeza no ha dejado de imaginar escenarios y explicaciones de lo que podría haber pasado en realidad, trataba de buscar excusas y de autoconvencerme a mí misma para pensar que era un error y que David nunca me haría algo así. Vamos, soy como una hija para él, no tiene sentido, no hay ninguna razón por la que me delataría y ya no es por nuestra relación, es porque trabajo con él.
Isabel trataba de hablar conmigo y de sacar cualquier tipo de conversación por mi absurda que pareciese, pero aun así que era capaz de escuchar lo que decía, solo recuerdo responder con monosílabos y menos mal que ese día Matthew nos dijo que nos lo tomáramos libre. Literalmente era una ameba. Tampoco he dormido y la impotencia de no poder hacer nada y tampoco llamar para saber si era cierto o no me estaba matando, ahora que tengo a David en frente no sé si quiero gritarle o simplemente callarme y dejar que pase lo que tenga que pasar.
He cambiado, algo dentro de mí ha cambiado, las personas que creía en ellas como mi propia familia ya no están, vivo con una persona que no conozco y así siento que soy yo misma cuando estoy con ella, sus amigos y su ambiente, me hacen sentir que estoy a gusto y por primera vez en la vida creo que estoy donde tengo que estar. No sé qué hacer o si es correcto pensar de esta forma, pero ahora, antes de saber cualquier cosa, me tengo que enfrentar a algo que nunca creí que me pasaría.
—Isabel—la llama Matthew—. Justo estaba pensando en ti, tenemos una reunión. Olimpia, tú también vienes...
En este momento no sé qué expresión estoy poniendo, pero no quito mi vista de David, él parece darse cuenta de que hay algo mal pero lo disimula.
—Olimpia—me vuelve a llamar Matthew y esta vez sí le escucho—. ¿Todo bien?
Supongo que no le han contado las buenas nuevas.
—Sí... Voy a hablar un momento con David y voy.
Él asiente y yo saco una sonrisa forzada, David que me sigue mirando fijamente, me señala a un lado del vestíbulo y yo le sigo. No sé muy bien que le voy a decir, simplemente solo espero que el tiempo pase rápido y pueda aclarar mi mente de una vez por todas. Como él no sabe que lo sé, tendré que contarle que lo he descubierto y más le vale no darme excusas baratas porque es lo que más odio.
—¿Qué haces aquí?—pregunto, antes no me había dado cuenta de la situación y me parece raro que unos de los hackers más buscados esté en un sitio así.
—Ese tal Matthew me llamó—dice sin darle importancia—. Cree que podemos trabajar juntos para encontrar al responsable de REM y ahora que lo menciono hay algunas pistas... ¿Por qué me miras así?
—¿Por qué me delataste a la policía?—voy directa al grano—. No trates de negarlo, no pidas que entienda tu situación y tampoco me sueltes excusas. Solo dime por qué.
—Olimpia...—su cara está pálida y no me extraña, ¿acaso pretendía ocultarlo para siempre? Las mentiras tienen las patas muy cortas—. ¿C-cómo te has enterado?... Da igual, puedo explicarlo.
—Te estoy escuchando.
—Lo hice para protegerte...
—¡Basta!—lo interrumpo—. Si va a ser así, mejor que ni sigas.
—Escúchame—explica acercándose a mí y yo giro la cara para no verlo—. Fue una decisión difícil, yo podía arreglar las cosas desde fuera y si me hubiera entregado a mí mismo en vez de a ti, nada estaría bien ahora. Tú eres fuerte, y quise que fuera tú por qué sabía que el Mi5 estaba detrás de la investigación y podía ver como te sacaba mientras estabas aquí.
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Entre la rebeildía y la libertad (Primera Parte)
ActionEn la ciudad de Birmingham han estado ocurriendo numerosos ataques cibernéticos por lo que la ciudad está sumida en un completo descontrol pero, sobre todo, pinta mal para los altos cargos del país y las agencias de seguridad. La vida de Olimpia n...