Capítulo 20

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ISABEL 


Parece que todo va bien con Olimpia y David ahí dentro o eso creo, porque aún no han incendiado la cafetería y desde aquí parece una charla pacífica. Mathew nos pidió que la acompañáramos y que si pasaba cualquier cosa que lo mantuviéramos bajo control, dado que aún sigue habiendo policías en mi casa investigando y hoy es mi día libre, prefiero estar aquí que en casa de mis padres—bastante tengo con la tensión de la última vez—Y ahora que lo pienso la próxima cita que tiene con el medico es dentro de una semana y le dije que lo iba a acompañar. Esta vez no puedo faltar a mi promesa. Mi madre aún sigue mal por la noticia e intenta disimularlo cuando hablo con ella por teléfono, eso me parte el alma y no sé cómo más hacer para que crea que todo va a salir bien—espero...—Por otro lado, estamos los tres en una esquina de las mesas que hay fuera, vamos vestidos normales o como nos insistió Cris en hacerlo, pedimos café para disimular y también nos pusimos unas gafas de sol.

Que no entiendo por qué, no es que esté muy soleado.

Como he dicho, todo esta normal, tan normal que hasta me parece sospechoso y creo que se está convirtiendo en paranoia, todavía me sigue pareciendo muy surrealista que a Mathew le parezca bien que estamos haciendo esto, no sé en que estará pensado, pero espero que tenga razón.

—Hoy es mi día libre—digo rompiendo el silencio—, ¿Pero vosotros?

Ninguno responde y se pusieron a ver a su alrededor como si nada, teniendo en cuenta que se ofrecieron voluntarios con tanto entusiasmo no me extrañaría que estén aquí mientras hay trabajo por hacer.

—No es que no disfrute de vuestra compañía, pero no tenéis porque estar aquí—explico dándole último sorbo al café—. Os podéis ir tranquilamente.

—¿Cómo osas decir esas palabras?—pregunta Cris dramáticamente—. Parece mentira que seamos amigos desde hace ya tiempo, que falta de respeto.

Iván y yo nos quedamos perplejos mirándola, y creo que coincidimos en que hubiera sido muy buena actriz si se hubiera dedicado al mundo del espectáculo.

—Shh, no empieces con tus dramas—digo señalándola con un dedo—. Solo pregunto.

—Sí tenemos cosas que hacer...—responde Iván quitándose las gafas—. Pero queremos estar aquí, no vaya a ser que ocurra alguna catástrofe que nos conocemos.

Me parece extraño que justamente él evada sus responsabilidades y esté aquí tomándose un café mientras vigilamos a un criminal cibernético, pero pese a eso, me alegra tenerlos conmigo y bueno tal vez hoy es uno de esos días en los que terminas de trabajar temprano y te vas a casa.

Supongo que soñar es gratis.

—Por cierto—dice Cris levantando una ceja—. Ayer estuviste con Dani, ¿no?

—¿Por qué lo preguntas?

—Es que es muy bonico y ya sabes—dice coqueta.

—¿No tiene ya novio?

—Ah, si...lo hemos dejado.

Esa noticia nos dejó más perplejos que antes, de todas las cosas que esperaba que pasaran a lo largo del día, la ruptura de Cris no era una de ellas ni de lejos. Siempre me pareció algo tan imposible, la forma en la que se trataban cuando estaban juntos y como se miraban entre ellos hace que cualquiera que los observe crea que son la pareja perfecta. Llevaban como tres años en una relación y tenían sus problemas a veces, pero como cualquier otra pareja, pero eso nunca los hizo perder la esperanza el uno del otro.

Muchas veces me compraba con ellos cuando estaba con Mateo, esa relación duró mucho, pero para mí fue algo que se me quedó grabado para siempre y mucho más cuando Olimpia delató sus intenciones. Dijo que aprovecharse de los sentimientos ajenos para conseguir algo le parecía la cosa más rastrera que podía hacer un ser humano. No esperaba que ella fuera la que me abriera los ojos porque a pesar de que habíamos terminado siempre venía a preguntarme algo y yo no era consciente de sus manipulaciones, bueno, no quería ser consciente.

Entre la rebeildía y la libertad (Primera Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora