ISABEL
Veía a mi madre hablar y hablar, contaba anécdotas y acribillaba a Iván con preguntas sobre su madre y hermanos, ahí vi que al pobre se le cambiaba la cara así que intervenía para evadir el tema. Olimpia impresionantemente supo cómo manejar la situación, aunque tampoco sé porqué me sorprende, estará acostumbrada.
Ya se había hecho tarde y mi madre ya estaba recogiendo las cosas, me ofrecí a llevarla pero ya había venido ella en coche. También estaba cansada, con todo lo de mi padre solo está guardando la compostura delante de la gente, hacía una semana que no hablábamos más de dos mensajes al día, "¿cómo estás? y ¿has comido?" Tampoco tenía tiempo con todo el lío que tenemos pero me alegro que los fines de semana pueda verla.
—¿Seguro que no quieres que te acompañe?—pregunto alcanzando su bolso.
—No, estoy bien—contesta acomodándose su abrigo—, tengo que pasar por la farmacia antes y tú mejor es quédate con tus invitados.
—Vale, avísame cuando llegas a casa.
Una rato después Iván se estaba poniéndose su abrigo también, pero él no se iba a librar tan fácilmente de mis preguntas, así que salgo junto a él y cerré la puerta detrás de mí.
—¿Me vas a decir que te pasa?—se para en seco aún de espaldas—. No puedo simplemente ignorarte.
—Está todo bien—no suena convincente—, de verdad, no tienes que preocuparte.—vuelve a echarme esa mirada, una triste, parece un cachorro.
—¿Tus hermanos?—se la respuesta, pero creo que así lograré sacarle algo y él asiente.
—Liam está ingresado en el hospital—me impacta escuchar la noticia—. Tiene anemia, los médicos le han dicho que se quede un par de días en el hospital e irán viendo como evoluciona.
Liam y Mary son sus hermanos, son mellizos y tienen dieciséis años, él les ha estado cuidando prácticamente desde que nacieron. Él padre de Iván se fue de casa hace mucho tiempo por lo que él me ha contado y hace aproximadamente dos años intentó contactar con ellos. Su madre siempre está ausente por su trabajo pero dejó de querer saber de ellos también cuando empezó a salir con uno.
—¿Y Mary?—pregunto preocupada.
—Ella está bien, me ha dicho que hoy se quedaría con él mientras trabajo aparte de que mi tía Laura está con ella también.
—Creo que es mejor si te tomas unos días ¿no crees?
—No puedo Isabel, lo sabes bien—es cierto, es importante que esté activo, no muchos agentes son tan buenos como él y mucho menos ahora. Es un mal moemnto que haya pasado lo de los ataques para él.
—Liam estará bien—lo abrazo y no tarda en corresponderme—. La próxima vez cuéntanos las cosas, Cristina me ha hablado diciéndome que no te veías bien hoy y se ha preocupado.
—Gracias, le hablaré cuando llegue a casa.
Puede ser que no sea alguien que sonría a menudo, pero cuando está preocupado o bajo de ánimos se le nota bastante. Entro a casa después de despedirme de mi amigo y me tumbo en la cama agotada, volver a ver a Mateo no ha sido como esperaba, él parecía estar bien y eso me alegraba claro, pero no sé que es este sentimiento extraño. También parece que no se va a llevar bien con Olimpia y espero que eso no sea un problema más adelante, intentaré que no se encuentren mucho pero creo que va a ser dificil.
Un golpe proveniente de la cocina me despierta, me levanto aún con la ropa de ayer, acabé tan cansada que ni el pijama me puse. Voy con los ojos medio cerrados y siento que la almohada la sigo teniendo pegada a la cara, no sé cómo pero llegué sin haber partido ninguna extremidad hasta la cocina.
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Entre la rebeildía y la libertad (Primera Parte)
AksiEn la ciudad de Birmingham han estado ocurriendo numerosos ataques cibernéticos por lo que la ciudad está sumida en un completo descontrol pero, sobre todo, pinta mal para los altos cargos del país y las agencias de seguridad. La vida de Olimpia n...