Eris había decidido evitar tocar el tema de los rastreadores de nuevo con Xotzal, se notaba que era muy sensible para él, pero agradecía que hubiese compartido algo personal con ella. en cuanto él volvió del paseo ella lo vio preocupada y se tranquilizó al verlo alegre como siempre. Ella estaba colocando la mesa para la cena y él le hizo señas para que se acercara, ella dejó los platos y se acercó emocionada. Antes de llegar a su encuentro él salió a la puerta principal para que lo siguiera y vio a Yukami esperándolos a ambos en el portal de salida.
—¿Vamos a salir en misión? —Yukami asintió y ella vio preocupada a Xotzal —pero su herida aun no sana del todo—. Yukami solo se cruzó de brazos esperando otra queja, Eris entendió su expresión y se quedó en silencio viendo a Xotzal que pasaba primero el portal. Ella lo siguió en silencio y en cuanto Yukami estuvo con ellos el portal se cerró.
—Es una misión de apoyo a los cazadores—. Yukami siempre hablaba poco y eso frustraba a Eris, él pensaba que con las pocas palabras ellos iban a entender de que se trataba la misión, aunque parecía que a Xotzal si le bastaba.
En silencio empezaron a caminar hacia su destino. Esta vez llegaron a un bosque menos denso que el de la última vez, podían ver el cielo con facilidad, se podía sentir mucha brisa, percibir el olor a sal y escuchar a lo lejos las olas golpeando una roca, por lo que Eris dedujo que el mar estaba cerca, ella siguió a Yukami y a Xotzal hasta que Yukami se detuvo frente a un árbol enorme con un agujero en medio. El tronco era tan grueso que permitía ser usado como refugio, aunque había varios en el mismo bosque que podían verlos desde la distancia escaseaban y parecían rodeados por los demás árboles.
—Gracias por atender nuestro llamado exterminadores—. del agujero del árbol salió una joven vestida con el uniforme daimon color azul obscuro, Eris la vio de arriba abajo y sentía que la joven tenía un aura muy persuasiva y atrayente, en su largo cabello amarillo llevaba una cinta roja que la ayudaba a mantener su cabello lejos de sus ojos, su mirada calmada hacía que sus ojos azul cielo parecieran que podían atravesar tu alma con solo verte, ella salió con delicadeza del agujero del árbol y al ver a Yukami sonrió amablemente
—¿Puedes darnos los detalles de la misión? — Ella volteo a ver el árbol y del agujero salieron dos personas más, un joven algo corpulento de cabello corto color miel al igual que sus ojos y de mirada cansada, tenía el uniforme algo sucio presumiblemente por estar dentro de aquel árbol, sus manos se veían sucias y desgastadas, Eris al ver a la segunda persona se alegró mucho.
—¿Mizuni? — Mizuni levantó la vista al escuchar una voz conocida, sonrió al ver a Eris parada allí frente a ella y salió corriendo a abrazarla, Eris al igual que su amiga la abrazó con fuerza.
—¡Eris! Tenía tanto tiempo sin verte, no sabía nada de ti, estaba preocupada ¿has recuperado tus recuerdos? — ella negó con la cabeza mientras veía nostálgica a su amiga, ambas fueron interrumpidas por Yukami que carraspeó un poco la garganta a modo de regaño con Eris.
—Lo lamento, es solo que me sentí feliz de ver a mi amiga—. Él la volvió a reprender con la mirada, Mizuni no se dio cuenta y tomó a Eris de la mano.
—Déjame presentarte a mis compañeros, él es Shima y ella es Kin, son muy buenos cazadores, llevamos ya dos días siguiendo a nuestro objetivo y me cuesta llevarles el ritmo, la verdad— Mizuni hablaba más rápido que la última vez que se habían visto y lucia más cansada, Kin igual que Yukami carraspeó la garganta para regañar a Mizuni.
—Mizuni, tenemos una misión que atender, no tenemos tiempo para estas cosas ¿lo recuerdas? — Mizuni se cubrió la boca como disculpa —a ellos no los conoces, pero tampoco me diste tiempo de culminar, ellos son Yukami y Xotzal y nos van a ayudar con la misión, por lo visto conoces a su nueva compañera. En fin, dejando las presentaciones de lado, tenemos que actuar a la media noche, uno de nuestros objetivos es un Itzal, el otro presumimos que es un devorador y lo necesitamos con vida Yukami— él solo asintió, Eris tomó la mano de Mizuni y le susurró.
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El legado de Satoga: La maldición del Reino
FantasyEris despierta confundida y sin recuerdos de lo que ocurrió, con un cristal de energía en su cuello que la identifica como un daimon aunque no debería serlo. Con una ciudad destruida y una raza extinta es acusada de ser la perpetradora del acto, en...