Xotzal había seguido la dirección que Shima le había dado y efectivamente en una casa abandonada y destruida por el tiempo en el bosque consiguió el rastro del devorador que estaba herido y al despojo cuidando la puerta jadeando dejando caer saliva al piso. Xotzal se acercó sigilosamente y arrojó una piedra para llamar la atención del despojo, sus orejas se levantaron y giraron en dirección al sonido, en cuanto se acercó a investigar él abrió un agujero en el suelo y lo cerró antes de que el despojo hiciera ruido, después de asegurarse que no iba a salir ni que había alertado al devorador se acercó a la ventana de la casa que tenía algunos vidrios rotos, el marco de madera estaba consumido por el tiempo, aquella ventana estaba tan sucia por el polvo que no se podía ver bien hacia adentro, Xotzal se asomó por uno de los agujeros creados por el vidrio roto y pudo ver al devorador vendando lo que le quedaba de su brazo ausente, tenía la guardia baja, parecía refunfuñar mientras toscamente terminaba de colocar el vendaje, Xotzal se acercó silenciosamente por la espalda entrando por la puerta que descuidadamente había dejado abierta y le colocó una espada hecha de tierra en el cuello, el devorador se detuvo de inmediato sin mover ni un solo músculo.
—Vendrás conmigo y vas a responder muchas preguntas—. el devorador levantó la mano lentamente, pero antes de levantarse del piso usó la cola para tratar de tumbar a Xotzal que se dio cuenta de inmediato y la esquivó apartándose para evitar ser herido, el devorador aprovechó para ponerse en posición de ataque.
—¿Vienes a tomar venganza por tus compañeros? — el devorador lo veía de manera burlona.
—La venganza no es un concepto usado por los daimones, sabemos los peligros a los que nos enfrentamos—. Xotzal arrojó dos piedras contra el devorador para distraerlo y lanzarse sobre él para atacar, el devorador se defendió con su cola y ambos empezaron un duelo muy reñido chocando la espada de piedra contra la cuchilla que sobresalía de la mano del devorador. Xotzal le vio las heridas que tenía en las piernas, las que Yukami le había hecho, y trató de usarlas a su favor, pero al darse cuenta de su plan el devorador huyó dejando un rastro de sangre. Xotzal no iba a permitir que escapará de nuevo, tenía que terminar la misión que le habían encomendado.
Salió de la casa en ruinas y colocó las manos en el piso haciendo que este atrapara las piernas del devorador, este de inmediato se soltó golpeando la tierra con sus piernas, pensó en seguir huyendo hasta que vio una piedra preciosa que Xotzal sacó de su bolsillo. El brillo de la misma se reflejó en sus ojos, eso era lo que estaba buscando y Xotzal podía notarlo por su expresión.
—Esto es lo que buscas ¿no es así? Ven y quítamelo.
—Se la voy a arrancar a tu cadáver, daimon.
La piel del devorador empezó a desgarrarse poco a poco dejando ver una piel rosácea y llena de venas tan duras como su piel cubierta de espinas. Sus colmillos sobresalían de su rostro y sus ojos se habían vuelto negros por completo. Sus patas tenían enromes garras y su tamaño se había duplicado. Desprendía un olor a petricor y sangre combinados. Xotzal se colocó en posición de ataque, no estaba dispuesto a retroceder.
—Debes agradecer que debo llevarte con vida—. Xotzal volvió a atacar con ferocidad, usando la espada de tierra le cortó la cola al devorador que a duras penas pudo retroceder sin evitar el ataque—pero nadie dijo que debía llevarte entero—. el devorador rugió cuando Xotzal trató de acercarse y lo hizo perder el equilibrio por las vibraciones causadas por su voz.
—¿Sabes porque nos llaman devoradores? — de la espalda del devorador salieron cuatro tentáculos con aguijones en las puntas, se acercó a Xotzal con paso torpe, él se levantó de inmediato sintiendo el peligro cerca y aunque lo atacó con todo lo que tenía los tentáculos eran más rápidos. Uno se le clavó en la pierna y él empezó a sentir que se quedaba sin energía. —porque nuestro alimento principal es la energía vital— las heridas del devorador empezaron a sanar lentamente. Mientras buscaba entre el uniforme de Xotzal y se encontró con una piedra común y corriente de color gris cubierta por tierra, Xotzal sonrió triunfante —¡es falsa! — antes de que pudiese hacer otro movimiento el devorador fue atravesado por una estaca de tierra en el estómago.
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El legado de Satoga: La maldición del Reino
FantasiaEris despierta confundida y sin recuerdos de lo que ocurrió, con un cristal de energía en su cuello que la identifica como un daimon aunque no debería serlo. Con una ciudad destruida y una raza extinta es acusada de ser la perpetradora del acto, en...