El joven frente a ellas había dejado impresionada a Eris, a pesar de no parecer mayor que ella sentía que no debía faltarle el respeto. Su aura era de confianza lo que le daba sensación de calma a Eris. Su uniforme Vinotinto le daba a entender a Eris que era un ayudante de la academia, en sus manos tenía una manzana que, al Mizuni verla, cambio su expresión a una de angustia. Con un tono amable y amigable se presentó.
—Tu debes ser Eris, la nueva daimon, yo soy Sho y seré tu maestro hasta que domines el uso de tu energía. —Sus ojos marrones se fijaron en el brazalete de Eris que intentó disimular, Sho apartó su larga trenza negra de su hombro y les hizo señas de que lo siguieran.
Él las llevo a través del patio hasta una zona señalizada para los entrenamientos, Eris intentaba mantener el ritmo de Sho, pero este caminaba rápidamente, en cuanto las dos estuvieron dentro del área ella vio como en el piso se dibujaba en la tierra dos círculos y Mizuni se sentaba dentro de uno, por lo que la imito al mismo tiempo que Sho caminaba alrededor de ellas hablando con el tono adecuado para que ambas pudiesen escucharlo.
—Sin perder más tiempo, debemos comenzar, iniciare con conceptos básicos que estoy seguro que tu desconoces Eris— Ella sintió como Sho pasaba detrás de ella y la observaba, aunque no podía asegurarlo sentía su mirada en su nuca, ella se sintió un poco mal al pensar que incluso los conceptos básicos los había olvidado. —todo en este mundo está compuesto de energía, cualquier cosa que exista, aunque no se pueda ver, posee energía que se encuentra en constante movimiento y es lo que les da forma, les da vida, y lo hace existir. Sho se detuvo frente a ellas cruzó los bazos y continuo con su discurso.
—Si te vuelves lo suficientemente consiente de esta energía puedes sentirla, identificarla e incluso moldearla. Cierren los ojos— Ambas obedecieron de inmediato, Eris podía sentir como Sho se movía entre ellas —Cada persona, cada objeto, cada ser tiene una energía muy única, que, sin necesidad de verla podrán identificar las cosas y personas que la rodean. Este será nuestro primer entrenamiento. Abran los ojos— al hacerlo Eris se sorprendió de ver frente a ella una manzana, tan cerca que no se había dado cuenta en qué momento Sho se había acercado tanto hasta ella.
—¿Vamos a seguir cortando manzanas? — Sho le colocó una mano en el hombro a Mizuni.
—Así es— él se paró frente a las dos y les mostró otra manzana, la colocó en piso y se alejó unos diez pasos. —No aparten la vista— Mizuni solo resopló un poco, Eris extrañada fijó su mirada queria averiguar que se supone que debían ver y de un momento a otro la manzana se separó en dos pedazos perfectamente cortados, sorprendida ella levantó la mirada hacia Sho que sonreía. —Estas son las cosas que podemos hacer con energía, los daimones la usamos para atacar, defendernos o ayudarnos en nuestras tareas usando de base el elemento que nuestro cristal tolera más. ¿alguna duda?
Una pregunta rondaba su cabeza desde que Sho había aparecido frente a ellas, pero dudaba de preguntar por miedo a ser regañada. Ella tragó con fuerza y se armó de valor para levantar lentamente la mano, al sentir los ojos penetrantes de Sho sobre ella el corazón se le aceleró y una punzada en la cabeza se le hizo presente, él solo se quedó viendo a Eris esperaba que formulara su pregunta. Con voz dubitativa Eris reaccionó y hablo.
—Yo no sé cuál es el elemento que mi cristal tolera más.
—Aunque eso no es relevante en este momento, puedes saber viendo el color de tu cristal. Hay cuatro elementos básicos, agua, tierra, fuego, aire. En base a esos elementos, una vez que los domines, puedes desarrollar algunos otros al combinarlos, pero eso te llevara más tiempo que unos simples días, los que saben usarlos son daimones experimentados.
Eris se quedó viendo su cristal blanco que significaba que su cristal toleraba más el aire, agradecía que su maestro fuese tan amable de responder, el terror de estar expuesta a la burla se le paso mediante avanzaba el entrenamiento. Eris se enteró que Mizuni aún no avanzaba porque estaba llena de impaciencia y le costaba desaprender, aunque se sentía mal por ella agradecía tenerla a su lado para aprender.
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El legado de Satoga: La maldición del Reino
FantasíaEris despierta confundida y sin recuerdos de lo que ocurrió, con un cristal de energía en su cuello que la identifica como un daimon aunque no debería serlo. Con una ciudad destruida y una raza extinta es acusada de ser la perpetradora del acto, en...