The soulmate, Percy Jackson Fanfic

La noche de Leo

-Hemos vuelto hermosas damas, espero que no hayáis sufrido por mi ausencia- exclamó Leo mientras se acercaba al somnoliento grupo de chicas.

-¿Que habéis hecho?- cuestionó Annabeth nada más verlos llegar.

-No sé a qué te refieres- dijo Percy intentando reprimir una risita.

-Espero que no le hayáis hecho nada a mi cabaña, la última vez tardamos semanas en quitar todo el brillo y aún sigo encontrando purpurina en mis calcetines- se quejó Piper recordando la broma que hicieron el mes pasado. Puede que sus hermanos disfruten los brillos, pero incluso ellos vieron excesiva la cantidad de purpurina que pusieron en cada superficie de su cabaña.

-Esta vez no fue algo así, tranquila- dijo Frank, sintiendo simpatía por la hija de Afrodita.

-Cierto, aparte, Brooke dormirá en tu cabaña en un par de días, no podríamos hacer sufrir a nuestra compañera de esa manera- exclamó Jason guiñandole un ojo a Brooke.

Brooke observó divertida como sus compañeros comenzaban a discutir entre sí, se notaba que era algo bastante común en su amistad. Nico se mantuvo en silencio y aprovechó para acurrucarse contra su compañera.

-Bueno amigos, voy a tener que retirarme por el resto de la noche, parece que nuestra compañera está cansada- dijo Leo al ver bostezar a Brooke.

-Si te molesta mucho, eres bienvenida a mi cabaña- murmuró Piper mirando a un sonriente Leo.

-¡Estás tratando de llevarte a mi compañera! ¡Delante de mi!- Leo apuntó a Piper, quién sólo lo observaba aburrida.- Te haré saber que mi presencia es muy apreciada por todo el mundo, nadie se puede resistir a mi.

Mientras el dúo bromeaba entre sí, Percy aprovechó para abrazar a Brooke por la espalda- voy a extrañarte.

Brooke sonrió, apoyando su cuerpo sobre su compañero- nos veremos en un par de horas, intenta sobrevivir sin mi.

-Será difícil- se quejó el hijo de Poseidón. Escondió su rostro en el cuello de Brooke, sonriendo cuando notó el estremecimiento de su compañera. Observó rápidamente a su alrededor, notando que nadie les estaba prestando atención y aprovechó para depositar un beso en el cuello de su compañera. Brooke se sonrojó con fuerza y soltó un tembloroso suspiro.

-Bueno, he tenido suficiente de vuestra envidia, Brooke y yo nos vamos a mi cabaña- exclamó Leo. Brooke se levantó, despidiéndose de sus compañeros con un beso en sus mejillas.

-Intenta no quemar la cabaña esta vez, Leo- gritó Jason mientras la pareja se alejaba. Incluso a la distancia, el grupo era capaz de distinguir las quejas de Leo y las risas de Brooke.

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La cabaña perteneciente a los hijos de Hefesto era fácil de reconocer. Las paredes hechas de ladrillo rojo y una gran chimenea sobresaliendo del techo, seguramente era exactamente la cabaña que esperarías del dios de la forja. Nada más entrar, Brooke se vio envuelta en un agradable calor. Si la cabaña de Percy tenía la frescura que esperarías de un ambiente marino, la de Leo definitivamente poseía el ambiente de una pequeña fábrica.

Era posiblemente el sitio más desordenado en el que Brooke había estado y eso que ella era conocida por tener una montaña de ropa en su habitación que iba rotando entre su cama y la silla.

Leo no perdió tiempo en enseñarle toda la cabaña a su compañera, los numerosos planos colocados por las paredes y el sitio de trabajo, que se encontraba en el sótano de la cabaña. Aunque era un desastre, parecía que todos los semidioses de Hefesto estaban cómodos con el desorden, podían ubicar las herramientas con facilidad y se movían por la cabaña sin ningún problema.

Leo y Brooke no fueron a la cama hasta bien entrada la noche. El hijo de Hefesto estaba demasiado emocionado, mostrando todas sus ideas, planos y proyectos a su compañera, que lo escuchaba sorprendida por su habilidad de fabricación. Definitivamente era un genio en todo lo referido a la ingeniería y la mecánica, Brooke no se sorprendería si Leo se convirtiera en el Tony Stark de su generación.

Solo cuando uno de los hermanos de Leo les lanzó un trapo sucio, exigiendo que le dejaran dormir, decidieron ir finalmente a la cama. La litera de Leo estaba ocupada por herramientas en la cama de abajo, así que tuvieron que ir a la parte de arriba. No tardaron mucho en quedarse dormidos, Brooke durmió muy agusto, acurrucada junto a su compañero después de haber pasado un maravilloso día con sus almas gemelas.