𝟏𝟔 ‖ 𝐆𝐚𝐥𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐌𝐞𝐭 ᵖᵃʳᵗᵉ ²

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El Toussaint estaba suelto, Cartier tenía una desventaja, las chicas en cambió, tenían tanto ventajas como desventajas pero, teniendo en cuenta que no fue cualquier persona quien planeo aquello podríamos pasar las desventajas por alto

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El Toussaint estaba suelto, Cartier tenía una desventaja, las chicas en cambió, tenían tanto ventajas como desventajas pero, teniendo en cuenta que no fue cualquier persona quien planeo aquello podríamos pasar las desventajas por alto. Sin embargo, nadie contaba con aquel auto que acababa de estacionarse frente al museo. Un hombre de traje oscuro y baja estatura acaba de arribar al lugar.

Ese hombre. Era nada más y nada menos que Levi Ackerman.

El verdadero juego había iniciado, Halsey seguía en el punto ciego mirando a su alrededor. Todas estaban en sus lugares, cada una nerviosa y lista para jugar. Aunque, Yelena noto algo importante desde la cocina.

—¿Dónde está?— preguntó impacientando a todas.

—¿Qué está pasando?— murmuró Halsey sosteniendo su copa con más fuerza de la de necesaria ansiando una respuesta.

Bola 9 reviso las cámaras y su cara de decepción lo dijo todo. Suspiro y agacho la cabeza.

—Se detuvo en el corredor— murmuró incrédulo— a platicar.

—Annie, has que se mueva ahora— demando la de orbes verdes.

La rubia chasqueo la lengua y miro a su alrededor, de forma discreta avanzo por la recepción buscando al chico que llevaba aquellos 150 millones de dólares en su bandeja. Sus orbes azules por un segundo miraron los verdes falsos de Halsey y continuaron su camino sin inmutarse a compartir una palabra.

Mientras Annie se encargaba de la mula, aquel azabache subía las escaleras con total seguridad dispuesto a buscar una respuesta por parte de la mujer que lo había abandonado. Su nombre no estaba en ninguna lista, pues Erwin Smith se había encargado de ello como parte de su complicidad con la rubia de iris verde.

—¡Oigan!—Annie abrió las puertas de par en par y ambos chicos la miraron sorprendidos— ¿Qué creen que hacen? No se les paga para estar hablando, rápido.

Después de todo, ella era la que mandaba en ese lugar. El chico tomó devuelta la bandeja con los trastes sucios y camino rumbo a la cocina, empujo las puertas y continuó su camino a los fregaderos. Para ese momento, una azabache alta de tendencia asiática lo llamó.

—Déjamelo a mi— pidió señalando la bandeja.

El tipo accedió perdido por un segundo en su belleza, única y sensual. Dejo los trastes y se marchó. Mikasa observo al chico hasta que desapareció, tomó la pila de trastes donde se encontraba el Toussaint escondido y la sumergió dentro del fregadero de agua sucia, sus manos habilidosas buscaron por debajo del agua la joya. Al encontrarla, abrio el grifo y quito toda la suciedad. Por un momento, sus orbes oscuros y profundos como el espacio miraron con fascinación aquella pieza de joyería antigua.

Realmente era hermosa. Miro a su alrededor y metió la joya dentro de su bolsillo.

—Voy al baño— aviso a sus "colegas" y sin esperar una respuesta se dirigió al baño.

𝐃𝐈𝐀𝐌𝐎𝐍𝐃𝐒┊𝑳𝒆𝒗𝒊 𝑨𝒄𝒌𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora