Capítulo 22.

2.7K 211 15
                                    

Era horrible, un mes y medio, un horrible mes y medio en una habitación de hospital, no se iba ningún día, básicamente ya vivía ahí con Dazai, Akutagawa, Atsushi y su hermana siempre estaban atentos a él, pero era imposible sacarlo de ahí, la doct...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era horrible, un mes y medio, un horrible mes y medio en una habitación de hospital, no se iba ningún día, básicamente ya vivía ahí con Dazai, Akutagawa, Atsushi y su hermana siempre estaban atentos a él, pero era imposible sacarlo de ahí, la doctora ya les había dicho otra cosa, si había una oportunidad de que él volviera del coma, debía ser porque el castaño estaba luchando por hacerlo, algo que todos sabían que era imposible, después de todo eso era lo que siempre había deseado el castaño, su muerte.

Ya le habían dicho que tenía una semana más, quería desconectarlo, hasta las mismas enfermeras sabían que él no volvería, al parecer no era la primera vez que venía porque ellas ya le habían dicho que Dazai no tenía ganas de vivir que dudaban que luchara por volver a ese infierno.

Aún así él no perdía la oportunidad, siempre estaba ahí, siempre sostenía su mano mientras le contaba lo que había sucedido en ese día tratando de no llorar, aunque siempre fracasaba, siempre terminaba llorando y suplicando para que volviera, para que no lo dejara solo, que luchara por su vida, que lo necesitaba a su lado a pesar de todo lo que había sucedido, era una horrible rutina que ya se había implantado.

–Dazai... Samu... Por favor, abre los ojos... Por favor vuelve a mí, por favor... Te dieron sólo una semana más...

Su garganta se cerró al decir eso, un horror horrible apareció en su cuerpo al pensar en tener que desconectar al castaño, en pensar que nunca más volvería a ver sus ojos marrones, que no volvería a escuchar esa hermosa voz, que no volvería a estar a su lado.

–Dazai, te lo suplico, perdóname, despierta y ódiame, pero despierta... Y-Yo... Prefiero vivir sabiendo que me odias a vivir sabiendo que ya no estás en este mundo

Habló con la voz quebrada y no tardó en romper en llanto de nuevo, simplemente era horrible, nunca pensó pasar por algo así.

Entre llantos se quedó dormido suplicándole a todos los dioses que dejaran a Dazai vivir, suplicándole a Odasaku que lo devolviera y le dijera que todavía tenía mucho que vivir, suplicándole a Dazai que no lo dejara.

Por su lado el castaño estuvo escuchando todo desde el primer día, simplemente estaba en un lugar oscuro y vacío escuchando esa voz llorar y clamar por él, ahí a su lado estaba esa luz al final del túnel, lo que siempre deseó, pero su pequeño estaba sufriendo, para él ese mes y medio habían sido a penas como unos 30 minutos por eso había durado tanto en reaccionar, sólo estaba analizando bien las cosas, irse y ser feliz, irse y estar con Odasaku, lo que siempre deseó o volver y evitar que Chuuya siguiera llorando de esa forma tan horrible, su pequeño se la pasaba más tiempo llorando que respirando.

Al final se levantó del suelo de ese oscuro lugar y se dirigió a esa luz que siempre deseó, ahí al otro lado estaba Odasaku esperándolo.

Le sonrió y simplemente lo saludó para luego tomar su decisión, por más que odiara vivir, no iba a dejar a su pequeño sufrir más así que ya había tomado su decisión, iba a luchar por volver a despertar.

Daddy ||Soukoku|| ||Terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora