AYLA
Los rayos del sol entraban por mi ventana, despertándome. Intenté alcanzar mi móvil que estaba en la mesilla de noche y, cuando lo tuve en mis manos, miré la hora. Las nueve de la mañana. Era muy temprano, pero prefería despertarme temprano que tarde.
Tenía varias notificaciones en el móvil de un número desconocido.
?: Hola, soy Louis. ¿Te gustaría venir a surfear? Avisa a tus amigos.
No sabía si ir. Hacía demasiado tiempo que no surfeaba. Llamé a Austin mientras me hacía el desayuno, para saber si le apetecía.
—¿Hola?
—Hola. Louis nos invitó a ir a la playa, a surfear. ¿Te apetece?
—Sí, claro que sí.
—¿Avisas tú a Abby?
—Sí, le aviso en un rato.
Terminé de desayunar y metí en una mochila todo lo que iba a necesitar. Me vestí adecuadamente para ir a la playa. Poniéndome el biquini y crema solar.
La playa no estaba demasiado lejos de mi casa así que fui andando. Hacía un día estupendo. El sol brillando en lo alto del cielo, había algunas nubes que lo acompañaban, los pájaros cantaban como nunca, y yo me encontraba especialmente feliz y no sabía porqué.
Al llegar a la playa no vi a Austin, ni a Abby y tampoco a Louis. Pero si vi a uno de sus amigos. El borde que me había ofrecido la cerveza. Elian. Así se llamaba.
Estaba sentado en la arena sobre una toalla, leyendo un libro. No sabía que leía pero tampoco parecía el típico chico que disfrutaba de la lectura.
Decidí acercarme a él e intentar iniciar una conversación, aunque me resultaba muy difícil.
—Hola, ¿te acuerdas de mí?
Elian me miró y, al mismo tiempo, cerró el libro.
—Sí. Ayla, ¿verdad?
—Sí, nos conocimos ayer, en esta misma playa —sonreí e hice un esfuerzo por mantener una conversación—. No sabía que te gustaba leer.
—Las apariencias engañan.
—Sí, pero sí pareces el típico chico que fuma.
—¿Por qué? ¿Por los tatuajes?
—Puede ser.
Tenía un brazo lleno de tatuajes. Probablemente, tendría más por el resto del cuerpo. No sabía si quería descubrirlo o no.
De repente, escucho cómo alguien nos llamaba. Los dos giramos la cabeza al mismo tiempo. Eran Abby, Austin, Louis y Alice. Los saludé y miré a Elian, que tan sólo movió la cabeza de arriba hacia abajo. Era muy misterioso, pero al mismo tiempo muy interesante.
Se acercaron corriendo. Louis me abrazó levantándome del suelo. Hacía menos de veinticuatro horas que nos conocíamos y, al parecer, Louis ya me estaba abrazando.
—¿Vamos a surfear? —preguntó Louis.
En la playa había un club de surf y alquilaban por horas las tablas. Louis, Austin y Elian se acercaron para alquilar una tabla para cada uno. Todos empezaron a coger las tablas, dirigiéndose hacia el mar. Iba detrás del grupo, acompañada por Austin.
El agua estaba helada, el mar se veía azul y el sol se veía precioso reflejado en el horizonte.
A todos se les daba genial el surf. Llevaba algunos años sin practicarlo, pero me acordaba de todo. Me volvía a sentir como una niña.
***
Tomaba el sol mientras descansaba en la arena y noté que alguien se ponía delante de mí. Me llevé la mano a los ojos, para tapar los rallos del sol que me molestaban, y veo que es Louis.
—¿Te lo estás pasando bien? —me preguntó.
—Sí, sólo quería descansar un rato.
—¿Puedo acompañarte?
Asentí. Se tumbó a mi lado y me miró sonriendo. La playa estaba muy tranquila, apenas había gente, y el sonido de las olas batiendo contra la arena de la orilla, me encantaba.
Me incorporé y apoyé mis codos sobre la toalla. Observé a Louis que tenía una expresión relajada y sus ojos azules estaban cerrados. Sus pestañas, sus cejas y su pelo se veían más rubios de lo que acostumbran a verse.
Fijé mi vista en el mar. Los demás seguían en el agua. Todos estaban sentados sobre sus respectivas tablas mientras mantenían una conversación. Aunque parecía que los que estaban hablando eran Austin, Alice y Abby. Me fijé en Elian que estaba mirando en mi dirección. Tenía el pelo mojado y peinado hacia atrás. Su piel se veía más morena a la luz del sol. Era la primera vez que me detenía a mirarlo y no me había fijado en lo atractivo que era.
—¿Qué haces?
Di un pequeño salto sobre el sitio por el susto. Louis me había asustado, por un momento me olvidé de que él estaba a mi lado.
—Nada, sólo estaba mirando el mar —mentí, colocándome bien el pelo.
Volví a mirar hacia el mar y observé cómo Elian negaba con la cabeza mientras se reía. Se estaba riendo de mí. Sin ninguna duda. Decidí pasar de él y volver a tumbarme.
Me mordí el labio inferior. Elian riéndose se veía aún más atractivo.
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Bajo el sol
Teen FictionAyla Gibson es una chica con pocos amigos, tímida e insegura. Cada vez que confiaba en alguien le rompían el corazón. El verano había comenzado y Ayla pensaba que iba a ser como siempre. Leer, estar con sus mejores amigos e ir a la playa. ¿Qué iba...