Capítulo 3

144 4 0
                                    

ELIAN

Mientras los demás hablaban, me limité a observar a Ayla y a Louis. Los dos estaban tumbados, tomando el sol, hasta que Ayla se levanta y mira hacia nosotros. Veo como observa a sus amigos y luego gira la cabeza hacia mí, que estaba algo alejado de ellos.

Era muy guapa. Me atraía demasiado, pero no quería nada con ella. Se notaba que a Louis le gustaba y no era una novedad. Le gustan casi todas las chicas que acaba de conocer y si le dan la oportunidad sale con ellas durante un tiempo. Nada serio.

Ayla no dejaba de mirarme y Louis la pilló mirándome, vi cómo intentaba disimular. No podía parar de sonreír. Esta chica no podía ser más torpe.

***

Estaban hablando de la gran fiesta de verano, que siempre se hace la primera semana de julio, es decir, dentro de una semana. Siempre iba, pero las fiestas siempre son iguales, sobre todo esta. Abby, Austin y Ayla iban a venir con nosotros.

Me aparté de ellos, cogí el libro que estaba leyendo, para poder concentrarme en lo que leía.

Sentí a alguien sentarse a mi lado, cerré el libro y giré mi cabeza para ver de quién se trataba.

—¿Qué pasa? —pregunté, poniéndome la mano sobre los ojos.

—¿Por qué te aíslas?

—Lo hago siempre, deberías estar acostumbrada.

—¿Es por la nueva compañía?

—No, no tiene nada que ver —dije, para volver a abrir el libro y continuar leyendo.

Alice puso su mano sobre el libro, cerrándolo y haciendo que volviera a prestarle atención.

—Elian te conozco y sé que es por ellos —dijo, mirándolos. Los tres se estaban riendo sobre algo que Louis había dicho.

Observé a Ayla. Los rayos del sol hacían que su pelo se viera más rubio y sus mejillas se veían sonrojadas por el calor.

Suspiré y agaché la cabeza.

—Te gusta.

—¿Qué?

—Te gusta Ayla, lo noto.

Odio que Alice me conozca tan bien.

—Solo me atrae, nada más.

—¿Y no tienes curiosidad por conocerla?

—No, además ya sabes cómo es Louis —dije mientras observaba como Louis la abrazaba.

—Sí, pero concretamente todos sabemos lo que sucede después.

La miré y sabía que tenía razón. La abracé. Nunca abrazaba a mis amigos, ni siquiera a mi familia. Soy demasiado frío con todos los que me rodean. Por eso, Alice se sorprendió cuando la abracé por los hombros.

—Espera, ¿tienes fiebre? O, ¿no eres Elian y eres su hermano gemelo? —pronunció con ironía y luego nos echamos a reír—. Te tengo que confesar algo.

Me separé de ella y fruncí el ceño.

—¿Qué pasa? —pregunté con curiosidad.

—Austin también me atrae, no eres el único que se siente así por esos tres amigos.

Bajo el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora