Capítulo 6

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AYLA

—¿De qué os conocéis?

Elian y mi padre se separaron y me miraron.

—El padre de Elian y nosotros —señaló a mi madre—. Somos socios en la empresa.

Mis padres eran abogados y conocía a su socio, pero nunca llegué a pensar que fuera el padre de Elian.

—¿Tú sabías esto? —le pregunté a Elian.

—No, no sabía que eras su hija.

—Bueno... ¿Queréis cenar? —preguntó mi madre intentando cambiar el tema de conversación.

—Sí, vamos a cenar —aceptó mi padre dirigiéndose hacia la cocina junto a mi madre.

Elian y yo nos quedamos solos. No sabía cómo manejar esta información, que se conocieran no era para nada esperable.

—Rubita.

—¿Rubita? —pregunté irónicamente.

—¿No te gusta?

—No, lo odio.

—Vale, vale —dijo elevando sus brazos—. No te llamaré así, rubita.

Suspiré y giré los ojos mientras se reía de mí. Mi madre nos llamó a cenar y nos sentamos los cuatro en la mesa del comedor.

***

Ya habíamos terminado de cenar y mis padres, Elian y yo nos quedamos un rato hablando en la mesa.

—Y... Elian, ¿dónde vas a dormir? —preguntó mi madre.

—No sé, dónde me digáis.

—Dormirás con Ayla que su habitación es más grande, ¿os parece bien? —preguntó mi padre.

Elian y yo nos miramos y asentimos a la vez.

—Venga, a dormir —dijo mi madre.

Los cuatro recogimos la mesa y mi madre y mi padre se encargaron de recoger los platos. Elian y yo subimos a la planta superior. En mi habitación había un sofá. Allí dormiría yo y dejaría a Elian dormir en mi cama.

Elian se metió en el baño para cambiarse, con algo de ropa que le había dado mi padre, y para lavarse los dientes. Mientras él estaba en el baño, yo iba a coger una sábana para taparme. Cuando terminé, me tumbé en la cama mientras veía mis redes sociales. Tenía algunos mensajes de Austin, Abby, Louis y Amber. Iba a responderle a Louis cuando Elian entró en la habitación sin camiseta. Pensaba que mi padre le había dado una. No me esperaba que apareciera así. Creo que tenía las mejillas sonrojadas y el corazón me latía con fuerza. ¿Por qué me sentía así?

—¿Mi padre no te dio una camiseta?

—¿Eh? Ah, sí, pero en verano nunca duermo con ropa por el calor y no voy a dormir en calzoncillos —me explicó.

—Por mí, no tengas problema. No me importaría.

—Sí, claro —ironizó, esbozando una sonrisa—. Eso es lo que tú quieres.

Puse los ojos en blanco, me levanté y dejé el móvil en la mesilla de noche.

—Voy al baño, vengo enseguida.

Abrí la puerta y salí de mi habitación. Las luces de la planta baja estaban apagadas. Qué raro, mis padres nunca se iban a dormir tan temprano. En el baño, cogí mi cepillo de dientes y empecé a cepillarlos. Al mismo tiempo, pensaba en Elian y en la confianza que sentía con él. Nunca me había comportado así con un chico. Me enjuagué la boca y me fui del cuarto de baño.

Bajo el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora