Teatro a domicilio.

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Minerva, Andrea y Tsuki.

La tarde ya mostraba sus horas entradas, la luz del día poco a poco iba descendiendo para darle un descanso a los rayos del sol, la luna afloraba con calma, subiendo despacio cada uno de los escalones de la estelar escalera, cual dama que se presentaba en la gran escena. Las tres chicas del grupo C habían salido de clases, mientras iban a los rehiletes se encontraron a Alejandro quien solo les pudo responder:

-Debo ayudar a mi madre con su negocio de abarrotes, además es necesario descansar de los entrenamientos en la cancha para que mis músculos no sufran. Nada personal, chicas. Espero que les vaya bien con los chicos de teatro.

Cuando las chicas salieron de la escuela se fueron juntas al camión hacía la casa de Alicia. Las tres sentadas hasta atrás se les veía de buen ánimo charlando, en el camión había cierta calma, un solemne silencio hasta que el conductor les pedía hacer espacio a la gente que se apabullar al lugar cual si se trataran de sardinas en una lata: -Al final parece que tú ganaste- Andrea.

-Sí, vamos hoy a tener al fin una clase como se debe ¿no estás emocionada? -Minerva.

-En cierta forma, solo tengo una duda.

-¿A qué hora vamos a terminar?

-Creo que a las 10.

-Debo mandarle mensajes a mis hermanos para que me recojan.

-Ahora que lo dices espero que haya camiones.

-¿Alguien sabe si vendrá Lucía? 

-No creo, hoy no la vi en la escuela.

-¿Y la chica de los animales por qué no vino?

-Creo que sus padres no la dejaban salir tan tarde.

-Oh, es rara esa chica.

-¿Por qué?

-Es tan tranquila que algo debe de ocultar.

-Tal vez no le guste llamar la atención.

Tsuki hasta en ese entonces se había quedado ligeramente callada, pues estaba poniendo atención a las indicaciones que le dejó su amigo por mensaje para llegar a la casa. Mientras las otras dos estaban en su mundo ella buscaba las pistas que dejó el chico.

Llegarás tras un rato a un lugar llamado cuatro caminos, esté cruza por el periférico y tras ello encontrarás un fraccionamiento, llamado "Real de tréboles", te vamos a esperar en la entrada.

Pasaron por cuatro caminos hace poco por lo que deberían estar cerca del lugar, Tsuki miraba con cierta ansiedad por ambos lados, una vez camino a casa de Abraham se perdió y tuvieron que buscarla a unos kilómetros de distancia, ese día estaba tan aterrada que se prometió que ello no volvería a pasar: -Allí, allí es. -decía con gran ahínco señalando con el dedo índice.

Las tres chicas quisieron bajar, timbraron a destiempo y por eso el conductor las dejó dos cuadras después de la parada planeada. Mientras caminaban a la entrada Tsuki aprovechaba para llamar: -Hola, ya llegamos, ¿ustedes están listos para recibirnos?, oh ya veo, los paquetes están seguros así que allí los esperamos.

-¿Qué te dijo? -Andrea.

-Al parecer están esperándonos Alicia y Fabiola en la entrada del fraccionamiento.

-¿Y los demás?

-Están con el señor Luis, discutiendo de algo.

Tras llegar al fraccionamiento vislumbraron una gran entrada, cual si fuese parte de arquitectura griega. En ella un sencillo jardín con radiantes rosales, unos canceles donde uno de los guardias le pedía a todo aquel que entrase la credencial. Alicia le dijo al guardia que eran sus invitadas y las dejaron entrar. Ya en camino, Andrea le dio las gracias a la escritora por ser la anfitriona, Tsuki por su parte preguntó inquieta que estaban haciendo los chicos a lo que no supieron darle respuesta, Luis les había pedido a ambos tener una conversación con tintes de misterio; Minerva por su parte veía lindos los jardines del fraccionamiento, se detuvo un momento para tomar algunas fotos en su celular encantada de unas flores, les advierte: -Si me descuidan he de llevarme un tallo.

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