Capítulo 2

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—Quiero acostarme contigo.

Eunbi abrió la boca involuntariamente. No, no era posible que acabara de decir que... Se echó a reír de lo ridículo de la idea.

—No, no lo creo —consiguió decir.

A Jungkook pareció confundirlo un poco su reacción. Ladeó la cabeza, entrecerró los ojos y la estudió.

—Ahí es donde te equivocas, cielo. Has estado persiguiéndome...

—¡Para que colabore en un evento benéfico!

—... durante un mes ya. He decidido que ha llegado el momento de ser yo el que persiga —la miró a la cara, fijándose un momento en sus labios, y entonces se inclinó otra vez hacia ella—. Desde luego hueles de maravilla.

De todas las cosas extrañas que podrían haber ocurrido, aquella fue la que Eunbi menos se habría esperado. ¿Jeon Jungkook persiguiéndola? ¿Un hombre que siempre la había mirado con mala cara y que solo se había molestado en negarle su ayuda todo el tiempo?

Su reserva desapareció y fue sustituida por la inquebrantable fachada de desinterés que tantos años atrás había decidido mostrar al mundo. Jeon Jungkook no le importaba, de modo que no podría hacerle daño. Nadie podría.

Algo más segura de sí misma, le plantó ambas manos en el pecho y lo empujó para que se retirara. Él retrocedió un poco.

—Teniente, hágame caso. No me desea. Yo no le intereso en absoluto.

—Al principio no lo creí así —le dijo mientras le agarraba las manos y las mantenía contra su pecho—. Pero como he dicho, he cambiado de opinión.

Con suavidad, porque tenía la esperanza de cortar de raíz su plan descabellado sin causar ningún resentimiento, le dijo:

—Pues cambie de opinión otra vez, teniente. De verdad.

Él se quedó algo sorprendido por la respuesta a su insinuación. Eunbi sonrió para sus adentros. Sin duda la mayoría de las mujeres habrían esbozado una sonrisa tonta, deseosas de conocerlo mejor, emocionadas con la idea de compartir su cama.

Eunbi se estremeció. No quería malgastar su tiempo en sueños imposibles, y desde luego no quería malgastarlo en hombres. Así no.

Las razones subyacentes a ese comportamiento no importaban. Lo que importaba era que Jeon Jungkook no la persiguiera. Eso solo acabaría fastidiándolos a los dos.

Él levantó una mano y le acarició la mejilla con las puntas de los dedos. En su mirada Eunbi vio comprensión y preocupación.

—¿De qué tienes tanto miedo? —le preguntó en voz muy baja.

Eunbi estuvo a punto de perder el equilibrio. Sintió que se ahogaba y empezaron a temblarle las piernas. ¡No! No era posible que hubiera detectado su miedo. Lo tenía muy bien escondido y tan enterrado que nadie, ni siquiera ningún familiar, lo había percibido. Los hombres la acusaban de ser frígida, aburrida, una mujer malvada... Pero nadie había notado el miedo con el que vivía.

—Calla. No pasa nada. Es que no lo sabía —Jungkook continuó acariciándola, y entonces se apartó y la miró a los ojos—. Sea lo que sea, Eunbi, iremos despacio. Te lo prometo.

—¡No iremos a ningún sitio! —el corazón le latía tan deprisa que sintió náuseas, y se apretó el estómago con el puño para intentar calmarse—. No tengo ningún interés, Jungk.... Teniente Jeon.

—Oh, sí que tienes interés. Creo que incluso has pensado en nosotros dos juntos en un par de ocasiones. ¿Tal vez en forma de fantasía erótica cuando te metes en la cama?

Treat Her Right - EUNKOOK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora