Capítulo 4

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—¿Eunbi, me tienes miedo?

—¿Cómo? —Eunbi frunció el ceño, verdaderamente confusa.

—Ambos sabemos que tienes miedo de algo. Solo quería asegurarme de que no es de mí.

Eunbi lo miró con indignación.

—No me das miedo, teniente.

—Eh, eh —antes de que ella se retirara le hizo cosquillas en la barbilla—. Ya estás con el rollo ese de «teniente». Hemos hecho un trato.

Eunbi suspiró.

—¿Adonde vamos a cenar?

Jungkook no pensaba decírselo aún.

—A un sitio tranquilo para que podamos charlar. Pero nada elegante.

—Me alegro, porque no voy vestida adecuadamente.

Jungkook la miró. A la suave luz de las farolas de la calle notó que Eunbi era una auténtica belleza. Tenía la nariz estrecha y recta, los ojos muy grandes y la boca más sensual que había visto en su vida.

Pero no era eso lo que lo atraía de ella. No era lo que de pronto lo tenía totalmente excitado. Había conocido a infinidad de mujeres, más y menos bellas. No. Era algo más, algo que aún no era capaz de definir.

—Tú siempre estás guapa.

Eunbi agachó la cabeza y se mordió el labio.

—Gracias —añadió rápidamente—. Bueno, en cuanto al calendario... me gustaría discutir algo especial para tu foto.

—¿Especial? —dijo Jungkook, casi seguro de que aquello no iba a gustarle.

—Eso es. Quiero que aparezcas en la portada y utilizarte en todas las promociones.

De no haber estado conduciendo, habría cerrado los ojos con disgusto. La portada. Maldición.

Al cambiar de tema, Eunbi empezó a animarse. Se volvió hacia él y se mostró más relajada, más abierta. Y como a Jungkook le gustó ese cambio, decidió no delatar aún su opinión sobre el tema.

—¿Por qué quieres utilizarme para la portada?

Ella lo señaló con una mano pequeña.

—Bueno... mírate, por amor de Dios. De todos los bomberos que accedieron a formar parte, tú eres el más apuesto, y tienes un físico fabuloso.

—Te has dado cuenta, ¿eh?

Eunbi volteó los ojos con impaciencia.

—Me he dado cuenta porque esas cualidades ayudarán a vender calendarios, que es lo que de verdad importa. Tú eres la elección obvia.

Jungkook condujo en silencio, sin expresar sus pensamientos.

—Tengo una pregunta para ti —le dijo mientras entraba en el aparcamiento de un restaurante donde servían pollo para llevar; el local no era nada del otro mundo, pero Jungkook sabía lo buena que era la comida.

—¿Vamos a comer aquí?

Jungkook ignoró su pregunta.

—¿Si te parezco tan apuesto, por qué demonios te niegas a salir conmigo? —Jungkook se colocó en la fila de coches; tenía dos delante, de modo que echó el freno de mano y la miró.

Eunbi tenía el bolso agarrado con fuerza y esa expresión de miedo en su rostro.

—¿Qué estás haciendo?

—Voy a comprar algo de comer.

Jungkook fue a rozarle la mejilla y ella se retiró. Su plan no había funcionado. No quería provocarla ni fastidiarla. Solo la deseaba sexualmente.

Treat Her Right - EUNKOOK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora