Capítulo 8

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Eunbi se cruzó de brazos y miró por la ventana con fastidio.
¿Qué clase de «condición» estúpida era aquella?

—No sé por qué no hemos podido traer los dos coches.

—Porque si voy a hacer esto —le explicó, ignorando su mal humor—, al menos quiero pasar todo el tiempo que pueda contigo.

Eunbi decidió que no se lo explicaría otra vez. Tarde o temprano se daría por vencido.

—Me gustan tus amigos —dijo para cambiar de tema.

—¿Jin y Jimin?

—Sí —se volvió hacia él—. Háblame de sus esposas.

—Jimin es el único que está casado. Jin tiene mucho trabajo con su hija y la familia de Sowon, que están todos locos —la miró y sonrió—. Si conocieras a su familia, lo entenderías.

—¿No se lleva bien con ellos?

—Claro que sí. Todos quieren a Jin. Aunque al principio se mostró muy cerrado con Sowon. En realidad, ella tuvo que ponerle en su sitio un par de veces.

—Claro.

—De verdad. Sojung es mucha mujer —dijo con una sonrisa—. Mide más de un metro setenta y tiene las piernas más largas e increíbles que he visto. Es fuerte, directa y sincera.

—Pareces admirarla mucho.

—¿A Sowon? Sí, claro. Es estupenda. Supongo que si Jin no hubiera ligado con ella, yo le habría pedido salir.

Eunbi se puso tensa. ¡Ni siquiera se molestaba en negarlo!

—¿Sabe Jin lo que sientes?

—Lo que sentía; y desde luego que lo sabía. Se lo recordaba cada vez que tenía oportunidad para hacerlo rabiar —le sonrió—. Un poco de competencia no le viene mal a un hombre. Además,
Sowon no se acercó a mí nunca con interés, aparte de para hacerme
preguntas sobre Jin.

—¿Y el señor Park? Dijiste que está casado.

—Con Choi Yuna. Es una novelista famosa. ¿Has oído hablar de ella?

—No.

—Escribe novelas de misterio. Un verdadero amor con una imaginación ilimitada, que supongo que le viene de maravilla cuando tiene que escribir esas historias.

Eunbi apretó los dientes.

—Parece que también te gusta bastante.

—Sí —le dijo en tono tan suave que ella tuvo ganas de pegarle—. Durante un tiempo pensé que estaba enamorado de ella. Pero ella había puesto los ojos en Jimin y ahí quedó todo.

—¿Tienes por costumbre seducir a las novias de tus amigos?

—No —dijo sin más.

Eunbi se quedó unos minutos en silencio hasta que se dio cuenta de que le estaba demostrando lo que sentía. ¿Dios mío, por qué sentía envidia? Hacía tiempo que había aprendido que jamás podría pasar de una relación superficial con un hombre.

Jungkook tomó la entrada del parque y aminoró la velocidad.
Mientras avanzaba hacia las sendas ecológicas, le tomó la mano a Eunbi.

—Solía pensar que quería una mujer como las de ellos. Pero está demostrado que nunca conoceremos bien nuestras mentes.

Eunbi sintió un revoloteo en el corazón y se dijo que era una tonta.

—¿Qué quieres decir?

Jungkook detuvo el coche en un aparcamiento de grava.

Treat Her Right - EUNKOOK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora