Capítulo 17

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Jungkook siguió a Eunbi hasta el despacho. En cuanto entraron y antes de que pudiera encontrar la luz, Jungkook le dio la vuelta y la empujó contra la puerta. Siempre le habían gustado mucho los pechos de las mujeres, y en ese momento, con los pechos redondos y turgentes de Eunbi presionándole el pecho desnudo, Jungkook sintió que el deseo que había reprimido durante tantos días emergía a la superficie.

—¡Jungkook!

La besó con frustración acumulada y con el miedo de que fuera a rechazarlo. La besó como había deseado hacer desde hacía mucho tiempo. Se le fueron las manos a los pechos, que le acarició y apretó, buscándole el pezón, que encontró y acarició hasta sentir que se le ponía duro. Lleno de energía explosiva, le devoró la boca.

Hasta que sintió unas manos frenéticas que lo empujaban.

—¡Jungkook, por favor!

Eunbi apenas logró recobrar el aliento tras el impacto de sus besos y el experimentado roce de sus manos. Llevaba todo el día pensando en él, fastidiada cada vez que veía a una mujer acercándosele. Toda la noche había tenido que soportar que otras mujeres lo miraran con interés. Su antigua novia había sido especialmente descarada, pero a Eunbi no la había sorprendido su actitud. Ninguna mujer querría renunciar a Jungkook con facilidad y sabiendo eso, sabiendo lo que las mujeres pensaban de él, la volvía loca.

Él la volvía loca.

Apenas había tenido oportunidad de hablar con él, y en ese momento que estaban solos, Jungkook parecía tener la intención de besarla hasta hacerle perder el conocimiento.

Eunbi lo empujó y de repente Jungkook se apartó y maldijo entre dientes.

Entonces buscó el interruptor con manos temblorosas y encendió la luz. Tenía la cabeza agachada y los puños apretados a ambos lados del cuerpo. Al verlo así, Eunbi sintió un dolor en el pecho. Y entonces recordó lo que había querido decirle.

Por su culpa, Jungkook estaba distraído en el trabajo. Y eso no le parecía bien. Su trabajo ya entrañaba bastante peligro sin tener que añadirle ella más. Pero Eunbi sabía lo que tenía que hacer.

—Sí quieres —le dijo Eunbi —, podemos practicar el sexo esta noche.

Jungkook levantó la cabeza rápidamente. En sus ojos marrones brilló una emoción que Eunbi no supo reconocer.

—¿Qué demonios has dicho?

Eunbi tragó saliva y retrocedió un paso. Jungkook no parecía demasiado contento con su sugerencia. Después de cómo acababa de besarla, de cómo la había besado durante toda la semana, había pensado que...

—Oí lo que dijo Jimin —reconoció, esperando que él la entendiera—. No quiero que te pase nada en el trabajo —él la miró con sospecha—. Si te ocurriera algo, me mataría.

Jungkook se acercó a ella en dos pasos y la agarró de los brazos.

—¿Por qué? ¿Por qué te iba a importar, Eunbi?

Eunbi desvió la mirada. Estaba muy confusa, pero intentaría explicarse.

—He herido a demasiadas personas. Tú has sido demasiado bueno, demasiado amable... Jungkook, eres un héroe —dijo, pensando que él sin duda lo sabría—. Te necesitamos. Todos.

Por un momento apretó los puños hasta casi hacerse daño.
Había en sus ojos tanta emoción que Eunbi se estremeció.

Bruscamente, Jungkook se dio la vuelta y retrocedió. Parecía distante, incluso enfadado.

—¿Por qué quieres acostarte conmigo, Eunbi? ¿O debería preguntarte si quieres de verdad acostarte conmigo? Me has hecho una oferta, pero eso no me dice mucho.

Eunbi se pasó la lengua por los labios e intentó aclararse un poco. Aunque no le resultó nada fácil teniéndolo allí delante medio desnudo.

—Llevamos toda la semana tonteando.

—Yo no —respondió Jungkook —. Me lo he tomado muy en serio.

—Ah —respondió—. Con todos los besos y las caricias que nos hemos dado supuse que... ¡Tú mismo me lo has dicho! —se aclaró la voz y se cruzó de brazos con resolución—. Tú dijiste que
querías practicar el sexo.

—No, te dije que quería hacer el amor. Hay una gran diferencia —se encogió de hombros.

¿Por qué se le había ocurrido hacerle esa sugerencia? Ah, sí, por su bienestar.

—Has estado distraído en el trabajo —señaló—. Y Jimin parecía pensar que ha sido porque...

—¿Por que no lo hago?

Ella lo miró a los ojos. No quería que Jungkook la amilanara.

—Sí.

Jungkook se echó a reír. Pero no fue una risa alegre, sino más bien lo contrario.

—Supongo que eso contesta mi pregunta. No quieres dormir conmigo porque me desees, ni porque lo que hemos hecho toda esta semana te haya afectado igual que a mí.

Sí que la había afectado, pero Jungkook no le dio la oportunidad de explicarse. Todo lo que él había hecho, cada momento junto a Jungkook, había sido maravilloso. A veces no podía dormir de lo mucho que lo deseaba. Su deseo por él crecía a medida que pasaban los días. Solía soñar que la hacía suya, y siempre era tan fantástico... hasta que se despertaba y se sentía avergonzada y culpable mientras recordaba la horrible noche años atrás.

Se sentía tan confusa esos últimos días que ya no sabía qué pensar o qué sentir. Solo sabía que Jungkook era importante para ella y que no podía tolerar el pensar que pudiera pasarle algo.

—No me interesa acostarme con una mártir.

Eunbi retrocedió sorprendida y se topó contra la puerta.

—Gracias, pero no me interesa —dijo Jungkook antes de abrir la puerta y salir.

Eunbi se quedó durante un minuto sin poder moverse.

Tenía un nudo en la garganta y los ojos le ardían de rabia y humillación. ¿Pero qué había pensado? ¿Que Jungkook esperaría hasta que ella cambiara? ¿Hasta que abandonara sus fobias estúpidas y se comportara como una mujer de verdad?












Treat Her Right - EUNKOOK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora