Capítulo 20

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Eunbi abrió rápidamente la puerta de su casa en cuanto oyó el ruido de un coche. Jungkook!

Había visto los detalles del incendio en las noticias locales de última hora, muerta de miedo, deseando con toda su alma estar junto a él. Al principio solo había esperado que fuera a verla después del incendio. Después había decidido que si él no lo hacía, ella iría a buscarlo.

El hielo crujía bajo la planta de sus zapatillas y el viento helado se le colaba por la bata mientras corría a darle la bienvenida.

Jungkook apagó los faros y Eunbi notó su agotamiento. En cuanto la vio, salió rápidamente del coche.

—¿Qué pasa, cielo?

El abrazo de Jungkook fue cálido, fuerte, vivo. Eunbi deseaba acariciarlo por todas partes, para absorber su fuerza, su bondad. Necesitaba saber que estaba bien, que el fuego no lo había tocado.

Eunbi le echó los brazos al cuello con fuerza cuando Jungkook la levantó en brazos. En cuanto cerró la puerta de la casa, fue directamente a su dormitorio, donde se tumbó con ella. Eunbi no lo soltó, consciente de la tensión de su cuerpo, de su ánimo. Jungkook se estremeció mientras le hundía la cara entre el cuello y el hombro, jadeando con fuerza. Sus brazos musculosos eran como anillas de acero rodeándola, apretándola lo más posible contra su cuerpo.

Eunbi sintió una angustia en la garganta, mientras intentaba tranquilizarlo.

—Jungkook.

¿Le habría ocurrido algo? Solo de pensarlo se le revolvió el estómago, pero intentó hablar con tranquilidad.

—Por favor, dime que estás bien.

—Sí, estoy bien —le dijo mientras seguía frotándole la nariz contra el cuello—. ¿Te has enterado del incendio?

—Lo he visto en las noticias.

Eunbi le abrió el chaquetón para poder tocarlo a él, no el cuero. Llevaba puesta una camisa de franela sobre una camiseta termal y tenía el cuerpo caliente y duro. En se momento Eunbi decidió que quería tenerlo desnudo.
Quería asegurarse de que no estaba herido, y empezó a desabrocharle los botones de la camisa con rapidez.
Jungkook fue a protestar cuando ella se incorporó para quitarle la cazadora. Pero la ayudó, y al poco rato Eunbi había tirado al suelo el abrigo y la camisa de Jungkook. Agarró del borde de la camiseta termal y tiró de ella hacia arriba para quitársela.

—¿Qué haces, cariño? —le preguntó Jungkook, aunque levantó los brazos.

—Desnudarte.

En cuanto le quitó la camiseta vio los arañazos rojos en el cuello.

—¿Ay, Jungkook, estás bien? —dijo mientras se inclinaba a mirárselos mejor.

—Sí, estoy bien. Tuve que rescatar a un gato gordo que no sabía que lo estaba salvando.

Eunbi se derritió. Jungkook era el mejor hombre que había conocido en su vida; y en ese momento, la necesitaba.

Lo besó en el cuello y después se volvió y se sentó a horcajadas sobre él, dándole la espalda. Llevaba botas con cordones y le llevó un minuto desabrochárselas, pero enseguida las lanzó al suelo junto con el resto de la ropa.

Jungkook le acarició la espalda con nerviosismo. Aunque ella estaba inquieta, él lo estaba aún más.

—Cuando esté desnudo, ¿tú también te desnudarás?

Treat Her Right - EUNKOOK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora