Capitulo 6

98 6 10
                                    

•••

El Capitán Shuggazoom se despertó repentinamente, haciendo un sonido fuerte a través de la mascarilla que le proporcionaba oxígeno. Gibson, que había estado cerca para etiquetar unos vasos precipitados que contenían unas soluciones para uso médico, se acercó rápidamente al escucharlo respirar con desesperación.

-Gib- Gibson...- comenzó a decir en cuanto logró estabilizarlo- ¿Que fue lo que sucedió?

El Ciber Mono Azul dio un suspiro pesado. El pobre Capitán había estado en coma durante todo este tiempo, sin ser consciente de la gravedad de la situación.

Ni siquiera sabía por dónde empezar.

El Capitán Shuggazoom debió ver su expresión lúgubre por qué en seguida busco a los demás con la mirada.

-¿Dónde están todos?- Gibson lo detuvo antes que pudiera levantarse.

-Capitán... Aún está débil, necesita descansar...- Gibson seguía inseguro de como decirle que no habían logrado impedir que el Rey Esqueleto resucitará.

Estaba preocupado de cuál sería su reacción sobre la guerra que ahora pesaba sobre sus hombros.

Sin embargo, antes que pudiera articular palabra alguna, la alarma del Robot resonó con fuerza por todo el lugar.

Otto fue el primero en correr hacia el monitor, tras de él ya iban Sprx y Nova.

-¿Ahora de que se trata?- dijo Nova mirando como Otto movía los controles para encender la pantalla.

De inmediato vieron a una horda entera de monstruos formándose través de la extraña lluvia que estaba cayendo en ese momento, pero eso no fue lo peor, si no como un grupo de esos mounstruos se amontonaban entre si hasta fusionarse en uno solo, ¡Pero en versión gigante!.

¡Y se dirigía exactamente hacia el corazón de la ciudad!

-¡¿Pero qué demonios...?!- grito Sprx incrédulo cómo los demás, ante lo que mostraba la imágen- ¡Debemos tomar nuestras posiciones!

-¡No podemos Activar las defensas del Robot sin Chiro y Antauri!- Le recordó Nova

Entonces apareció Gibson, descendiendo de su tubo, seguido de una figura conocida.

-¡Capitán Shuggazoom!

El mencionado se quedó de piedra al ver la imagen que les mostraba el monitor y luego volvió la vista hacia Gibson, quién solo pudo desviar la mirada aún lado.

Ya había entendido el por qué de la expresión de antes.

Pero aún así lo expresó.

- Él regreso... ¿Verdad?.... El Rey Esqueleto...

El silencio colectivo contesto su pregunta.

•••

-¡Puño de Trueno! - grito Chiro antes de abalanzarse contra una de las criaturas oscuras que se habían formado de la lluvia.

Jinmay yacía a su lado, peleando contra el grupo que los rodeaba a ambos, uso su rayo corazón para vencerlos de un solo golpe, quedando solo los restos en un charco negro.

-Son similares a lo que están hechos los sin formas... solo que más desagradables- dijo Chiro pensativo sobre el origen de las criaturas.

-¡Chiro Mira! - señaló Jinmay por encima de su hombro, volteó y vieron las enormes ramas muertas y el suelo árido que llevaba a la cueva donde estaba ubicada Las Tierras Salvajes.

Estaban cerca.

-Por desgracia no creo que el Carro pueda aguantar un poco más...- Dijo Chiro mirando en dirección al Hiper-Carro, que había quedado semi-destrozado de la parte de delantera- Tendremos que continuar a Pie.

-Tal vez podamos encontrar algo para repararlo en el Laboratorio del Alquimista...- Dijo Jinmay mientras lo ayudaba a moverlo del lugar, hasta una zona segura, tras una de las ramas.

-Ahora es lo que menos me preocupa...- Chiro musitó al sentir una extraña sensación recorrerle por el cuerpo.

Conforme se iban acercando, más fuerte era aquella energía misteriosa que los había llamado, a él y Antauri.

De hecho, había cierta familiaridad en ella... Pero noto que también había algo distinto.

No sabía describirlo con exactitud.

-Demonos prisa- abrió el carro sacando la mochila donde llevaba las provisiones, luego fue el turno de la caja con los guantes, se quedó mirándolos aún con cierta incomodad.

Tenía que recordarse que no eran los de ese monstruo.

Estos eran distintos.

Así que se obligó a llevarlos puestos, de inmediato una energía de un verde brillante recorrió brevemente por sus manos.

-Bien, vamos- le dijo a Jinmay, quién sonrió, antes de emprender la caminata, dando unos pasos más, pudieron ver la entrada de la cueva que los llevaría hacia las Tierras Salvajes.

•••

- ¡Enfoca bien esos sensores Pedazo de máquina inservible!- le gritó Mandarín al Androide mientras investigaban El Viejo Laboratorio del Alquimista- ¡La intensidad de la señal indica que nuestro objetivo está en esta Zona específicamente!

El Androide encendió sus detectores para comenzar el rastreo, a la par que Mandarín activaba su nueva espada láser de su nuevo brazo, iluminando cada rincón del laboratorio.

Fruncía el ceño, mostrando los dientes con ira , mientras se movía entre las ruinas del lugar.

Aún se le ponía erizado el pelaje de la rabia ante lo que le había dicho su señor sobre su objetivo...

¿¡Cómo era posible que después de tantos años, pudiera haber logrado escapar!?

¡Era imposible!

¡Esto debía ser un error...!

¡¡No podía ser que...

Estaba tan sumido en sus propias conjeturas que apenas si noto cuando una sombra cubierta con lo que parecía ser una capa oscura pasaba corriendo a su lado.

Rápidamente se recuperó para perseguirlo.

-¡Regresa Aquí!

El Androide, ya estaba esperándolo al otro lado.

-Objetivo localizado, Destrucción Inminente- empezó a apuntarle y en el momento que iba a dispararle, la sombra salto hacia arriba y solo pudo observar con una mezcla de asombro y horror como de la capa salía una hoja eléctrizante de un azul luminoso, como la suya, cortando el brazo/cañon del Androide antes de precipitarse a toda velocidad hacia las puertas de la entrada y perderse entre las profundidades de la selva.

•••

Nota: Ahora sí se viene lo chido, a partir del siguiente capítulo 7u7




Revelaciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora