Prólogo

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Finales de Febrero

Abro los ojos aturdida, mirando despistadamente la pared frente a mi. El azul suave de mi habitación me da un cierto punto de paz.

El cuerpo me duele en lugares estratégicos, lo que me hace saber que la noche de anoche fue bien disfrutada... eso y la mano que pasa por mi cintura desnuda.

Escucho suaves respiraciones a mi espalda y entrecierro los ojos intentando ubicarme en el tiempo y en el espacio, además de tratar de recordar lo que sea que haya ocurrido luego del cumpleaños de mi hermana ayer.

El dolor de cabeza se hace más fuerte a medida que me encuentro más despierta, haciéndome recordar que necesitaré un ibuprofeno y algo de agua si quiero que la resaca me deje en paz y pueda llegar viva al final del día.

Decido cerrar los ojos a ver si así disminuye un poco el dolor que me está destruyendo el cerebro, cuando pequeños flashback comienzan a hacer aparición en mi mente.

Yo bebiendo una copa de mojito para iniciar la noche.

Todos cantando el cumpleaños feliz y el pastelazo a Thalía. Terminamos todos embarrados posterior a eso y creo recordar que me entró pastel hasta en la nariz.

Una pelea con Alex vaya una a saber por qué, pero es algo que no me extraña pues no es ninguna novedad entre nosotros.

Nuestros pleitos han sido pan de cada día desde que nos conocemos, pero es el mejor amigo de mi hermana, asique toca aguantarle.

Yo bailando con un compañero de trabajo de Thalia de manera bastante sugerente.

El idiota compañero intentando pasarse de listo y yo golpeándolo en sus partes nobles.

Otra discusión con Alex a los gritos en el pasillo del segundo piso.

Alex y yo besándonos desenfrenadamente afuera de mi habitación...

Qué diablos... Esperen un momento.

¿Alex y yo besándonos..?

¡Joder no!

Diablos. Diablos. DIABLOS.

Una corriente eléctrica pasa por mi traicionero cuerpo cuando la mano en mi cintura se mueve inocentemente hacia arriba por mi piel y no puedo evitar gemir al percibir la caricia.

Empujo mi cuerpo de manera inconsciente hacia atrás, rozando mi trasero contra el miembro de mi dormido acompañante, arrancándole un gruñido en el proceso.

Intento controlar mis emociones y, por supuesto, a mis hormonas, antes de comprobar que efectivamente quien se encuentra desnudo a mis espaldas no es otro más que Alex Márquez.

SANTA MIERDA.

Me volteo con tal fuerza que me caigo de la cama y termino desparramada con todas las sabanas envolviendome en el suelo a un costado, para luego ver cómo el castaño se asoma a mirarme sorprendido y sin ningún ápice de ropa que lo cubra.

Decir que fui lo suficientemente fuerte para no recrearme en su torso desnudo, y más abajo, sería mentira.

SANTA MADRE DEL AMOR HERMOSO.

¡¿QUÉ MIERDA PASÓ ANOCHE?!









* ~

Buenas gente

Aquí estoy yo otra vez... Nuevamente con una historia relativamente corta...

Pero esta vez de bebito precioso hermoso Álex💙☺️

Me encantaría leerles y verles por aquí 😘

~ Chio

Déjame quererte - Álex MárquezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora