Camino hacia la salida de la tienda cuando veo a mi hermana volver apresurada, empujándome de vuelta hacia el interior.
— Joder, Thai, ¿Qué diablos te pasa?
— ¿A mí? Nada – comienza a hablar apresurada y sé que me miente, por lo que me cruzo de brazos – es solo que he olvidado que necesitamos más huevos para la mezcla del bizcocho.
La observo con obviedad y levanto la caja donde precisamente llevo los huevos que, se supone, nos hacen falta. Camino hacia la salida con la pelirosa casi pisando mis talones.
— Thalía ¿Se puede saber qué es lo que tratas...
Mi voz se pierde cuando, al girar para verla, no alcanzo a dar la media vuelta y veo a lo lejos a Alex mirándonos con cara de culpa y a una rubia subiéndose a una camioneta.
El frío en mi pecho se expande por el resto del cuerpo y me alejo en dirección contraria. Con los pasos apresurados de mi hermana tras de mí.
Escucho como Alex grita nuestros nombres, pero basta con sumar dos y dos para saber el contexto. No necesito esto y gracias a Dios no lo he pillado in fraganti, como seguro le pasó a Thalia.
— Kay, cariño, ¿Podrías ir más lento, por favor?
— Necesitamos llegar pronto a casa y no quiero toparme con ese idiota. Entiendo que es tu mejor amigo Thai, pero no quiero verlo en este momento.
Apresuro el paso hasta llegar a nuestra casa y me adentro en la cocina, dejando las bolsas de la compra en la encimera. La pelirosa ingresa un par de minutos después y me observa en silencio, tanto que comienzo a ponerme de los nervios.
— ¿Podrías soltar ya lo que sea que quieres decir?
— Kay, ¿cuándo piensan hablar de lo que pasó?
Niego con la cabeza energéticamente, tragando saliva antes de hablar.
— No pasó nada, Thai. Fue una falsa alarma y era lo mejor. – suelto una carcajada vacía que no pasa desapercibida para mi hermana – ¿Te imaginas lo ridículo? Alex y yo...
El silencio de Thalía hace que todo pierda la gracia, aunque para ser honestos, esto nunca fue divertido.
— Cariño, seré honesta... en todo el tiempo que llevo siendo mejor amiga de Alex, siempre he creído que ustedes dos encajan a la perfección. Tan solo lo camuflan en esa estúpida forma de interactuar que tienen. Y después del susto que han tenido, no ha hecho más que confirmarse.
— No digas bobadas Thai, no es gracioso.
— Es que no me estoy riendo, Kayla, estoy hablando muy enserio. Y sé que en el fondo tú también lo sabes. ¿Me equivoco?
Un nudo en mi garganta me hace carraspear y respiro profundo intentando buscar la forma de negar las palabras de mi hermana. Aunque yo misma recuerdo haberle gritado a Alex que me gustaba en nuestra última discusión cara a cara.
— No es...
— Oh no, ni si quiera intentes negármelo. Los tengo muy vistos a ambos. Solo espero que ustedes sean lo suficientemente inteligentes como para notarlo y hacérselo saber al otro – se acerca a mí y posa su mano en mi hombro – además, recuerda que tú ya diste ese paso cuando le confesaste lo que sientes por él.
Las lágrimas caen silenciosas por mis mejillas y no soy capaz de negar lo evidente. Maldita sea, ¿Por qué sigo tan sensible?
~ ~ ~ * ~ ~ ~
Thalía saca de la heladera el pastel que he hecho durante la tarde, para llevarlo donde Miguel, pues están de aniversario y pasará la noche en su casa. Agradezco la sutileza de mi hermana de no querer celebrar hoy en casa, pues no me apetece nada salir y tampoco es que me encante la idea de escuchar a mi hermana teniendo sexo desenfrenado con el novio.
ESTÁS LEYENDO
Déjame quererte - Álex Márquez
Fanfic¿Te detesto? Puede ser ¿Me sacas de quicio? La mayor parte del tiempo ¿Me desesperas? Efectivamente Si, todas las anteriores son ciertas. Pero aun así... Aun así, no puedo alejarme