Capítulo 6

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Miro a mi hermana quien observa atenta mi rostro, pero parece ser que no expreso nada, porque me mira confundida.

- ¿Y bien? - su ansiedad es palpable y siento un vacío en mi pecho. Niego con la cabeza sintiendo las lágrimas acudir a mis ojos.

¿Por qué diablos estoy llorando si se supone que no quería un bebé?

- Dos negativos y un resultado inválido - muerdo la parte interna de mi mejilla sintiendo que un par de lágrimas se escapan de mis ojos.

- Cielo, pero eso es bueno, ¿No? ¿Por qué lloras?

El nudo en mi garganta se hace más grande y muerdo mi labio inferior intentando, en vano, no llorar. Digo en vano, porque soy un puto lago.

- No lo sé.

Thai parece entenderme más que yo misma pues abre sus brazos para que me refugie en ellos.

- Ya está Kay, ha sido solo un susto. No hay bebé - lloro aún más cuando suelta lo último y supongo que de alguna manera inexplicable, en el fondo de mi corazón, me había hecho a la idea de tener un bebé. - oh, cariño...

La cautela con la que mi hermana me estaba tratando me hace querer llorar aún más.

Dejo salir todo el llanto en mi interior y pierdo la noción de cuánto tiempo ha pasado, solo sé que la pelirrosa y yo hemos venido de vuelta al sofá y ahora me trae pañuelos.

- ¿Mejor?

Asiento soltando un suspiro. Levanto mis piernas para poder abrazarlas a mi cuerpo.

- Supongo que en algún lugar en mi interior, me estaba haciendo a la idea de tener un bebé, por más que me desagraden.

- Un bebé de Alex.

Sus palabras son ciertas y recuerdo que tengo que llamarle para comentarle el resultado, aunque no me sienta para nada cómoda hablando esto por teléfono.

En realidad, no me siento para nada cómoda ni si quiera hablandolo.

- ¿Se vería muy mal si le envío un mensaje de texto con el resultado? - muerdo mi mejilla jugueteando con el aparato entre mis dedos.

- No es lo ideal, pero supongo que si es la única forma que tienes para hablar con él en este momento, deberías intentarlo.

Acomodo mis piernas, separandolas de mi cuerpo y tomo un respiro profundo. Dejo el teléfono a un lado, llevando ambas manos a mi rostro. Paso ambas palmas con fuerza por mis ojos y las llevo hacia mi cabellera rubia, llevándola hacia atrás.

- No quiero hablar con él - mi hermana toma mi mano y me obligo a mirarla - ¿Estoy siendo egoísta?

- Quizás los dos necesitan este espacio que les está dando la vida - mi mano vuelve a mi frente y apoyo mi cabeza mirando el techo - solo te diré, que mientras más pronto arranques la tirita, menos tiempo demorará la piel en dejar de doler.

Asiento en silencio, aún con la mirada fija en el cielo raso de la sala de estar.

Tecleo rápidamente el mensaje de WhatsApp y arrojo el teléfono a un lado en el sofá. No pasan ni 5 minutos cuando el smartphone comienza a sonar anunciando una llamada.

Diablos.

- ¿No piensas contestarle? - la voz de mi hermana hace que la voltee a ver, olvidando el punto fijo que me tenía tan concentrada.

- Puedo fingir demencia - me encojo de hombros y recibo su mirada seria - no me apetece discutir con él, menos por llamada.

El aparato se queda en silencio y casi canto victoria cuando comienza a sonar de nuevo. Joder.

Déjame quererte - Álex MárquezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora