La luz me llega directo a los ojos cuando mi hermano abre las cortinas de la habitación de par en par. Gruño malhumorado porque la resaca me va a partir el cráneo, pero Marc parece poco interesado en si me encuentro de buen o mal humor.
— Joder, cierra la maldita cortina – mi voz sale como un graznido ahogado contra la almohada. Escucho la risa irónica de mi hermano.
— Vas de listo. Tenemos vuelo en unas horas y tienes que estar medianamente presentable para salir de aquí. Anda – quita el edredón que me cubre y me encojo buscando el calor de la ropa de cama.
— Marc, joder...
— No vengas con tus quejas, que me costó un infierno traerte al hotel anoche y Sofi estaba que echaba humo por las orejas. Estoy dándote tiempo a ponerte decente antes de que la fiera despierte y te corte los huevos.
Mis manos cubren mi entrepierna al sopesar la idea, pero mi cuñada enojada es para hacer sufrir al propio diablo. Definitivamente no es una buena idea llevarle la contra a Marc en este momento.
— Anda, levántate y dúchate mientras que arreglo lo del desayuno, y ruega a los dioses que Sofía no amanezca enfadada contigo hoy.
Mis ojos recorren el techo de la habitación en la que he dormido, estamos en una suite que cuenta con dos habitaciones conectadas por una sala de estar relativamente grande. Papá se ha ido ayer después de la carrera llevándose el camión como siempre. Carri y Martínez se han marchado también a comenzar sus vacaciones y volver con sus respectivas mujeres, por lo que Marc, Sofía y yo nos hemos venido a un hotel para pasar la noche luego de la fiesta.
Mi cuñada no fue a la celebración ya que se encontraba algo cansada, por lo que tuve a Marc cuidando mis pasos lo mejor que podía, pero bien es cierto que cuando bebo mucho me vuelvo bastante pesado, prueba de ello era el mal humor de mi hermano y la resaca que me cargaba en este momento.
— Voy... – me incorporo tomando mi cabeza cuando todo da vueltas – deberías haberle dado una feliz noche a mi cuñada, así no se enfurece tanto... – Marc me lanza un pantalón limpio directo en el rostro.
— Yo hago muy feliz a mi mujer, tú hablas de ardido porque extrañas a Kayla – cubro mi rostro con mi mano cuando la menciona y le enseño mi dedo medio con la otra.
— Eso no es cierto.
— Mis cojones que no, ya déjate de tonterías y habla con ella. Estás como alma en pena desde que pelearon.
— Ella estaba con el inglés ese...
— Ya, y tú fuiste tan idiota como para no dejar que se explicara, cuando ella a pesar de sus celos si que te dio la oportunidad en su ocasión.
— No es lo mismo...
— Deja tu cabezonería hermano.
— Anda, vete con Sofi que seguro te espera – no quiero seguir con esta conversación porque sé que Marc está en lo correcto.
— No juegues con mi paciencia, que ambos estamos cabreados contigo Alex – levanto las manos en señal de rendirme – Te dejé los analgésicos y el agua allí – señala la mesita de noche a mi derecha y sale de la habitación.
Volteo a ver donde ha señalado y luego de llevarme un par de pastillas a la boca, bebo el agua hasta la última gota. Mi mente me lleva a la rubia, porque mi hermano tiene razón, la extraño como un jodido idiota, pero no sé cómo comenzar a solucionar las cosas después de como terminaron.
Mis dedos pican por hablarle o llamarla, sin embargo, sé que no querrá escucharme después de la sarta de idioteces que solté la última vez que nos vimos y de mis acciones evasivas durante los últimos días.
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Déjame quererte - Álex Márquez
Fanfic¿Te detesto? Puede ser ¿Me sacas de quicio? La mayor parte del tiempo ¿Me desesperas? Efectivamente Si, todas las anteriores son ciertas. Pero aun así... Aun así, no puedo alejarme