Déjame quererte - Álex Márquez

Capitulo 5

La sonrisita coqueta de Alex se quita de su rostro en cuanto ve mi expresión preocupada.

- Vaya, que alegría te da verme ¿No?

Me hago un lado para que entre, ignorandolo por completo. Me pasa el brazo por los hombros y me separo rápidamente, no estoy para que me toque los cojones.

- Eres un pesado, acabas de ver a mi hermana y ya quieres seguir molestandola.

- Se le han quedado unas cosas en casa de Max, y quería venir a molestar un poco a mi brujita - lanza un beso en mi dirección pero me decido a ignorarlo. No caeré en su juego, hoy no.

- Anda, vamos, está en la oficina.

Le sigo en silencio, mientras ambos caminamos hacia el lugar anteriormente mencionado, pero no contaba con que mi hermana se soltara de la lengua antes de tiempo.

- Kay, te baje o no, creo que lo mejor es que te hagas la prueba...

Su voz queda en el aire al levantar la mirada y ver que no he vuelto sola. Mis ojos son de terror, los suyos son una mezcla de sorpresa y disculpa, y no puedo pasar por alto como Alex ha frenado en seco y me voltea a ver con una expresión indescifrable.

- Brujita, ¿De qué prueba habla? - la voz del castaño es baja, pero me da escalofríos. Abro y cierro la boca, no sé qué diablos decir.

- Lo siento Kay, pensé que eras tú... - mi hermana hace que ambos la volteemos a ver, pero toma una decisión errada cuando prosigue - pero tú tranquila, sé que independiente de sus peleas, Alex no dirá nada.

El nombrado no dice ni pío, pero no ha dejado de mirarme. Veo el entendimiento en su rostro, el cual pronto tiene una expresión seria y sombría.

- Kayla ¿Estás..?

- ¡NO! - levanta una ceja cruzándose de brazos, trago saliva - digo, no sé... Quizás - muerdo mi labio y busco mirar a Thalía, quien inteligentemente ha salido de la habitación dejándonos solos.

Sus ojos centellean y me hago pequeña, pero no le tengo medio, al menos eso creo.

- ¿Cómo quizás? ¿Lo estás o no?

- Mierda, no lo sé - paso mi mano por mi pelo, intentando ordenar mis ideas - debo... Debo hacerme la prueba, pero quiero esperar a que me baje.

- ¿Cabe la posibilidad..? - no termina de decir la idea pero le he entendido a la perfección. Intenta por otro camino - ¿Debería preocuparme?

Esta vez mi respuesta es un mero asentimiento. Lo veo ponerse blanco y pasarse la mano por el pelo. Él ha sido el único durante bastante tiempo, por lo que es la única opción posible.

- La única opción posible ha sido el cumpleaños de mi hermana.

- Si existe y es mío, me haré cargo - su expresión seria me hacía sentir frío en el pecho. Pero el nudo en mi garganta se formó a partir de la frase "si es mío".

- ¿¡Pero qué diablos quieres decir!? No me acuesto con cualquiera, imbécil, claro que sería tuyo, fuiste el único con quién tuve sexo - bien podría echar fuego por la boca pero él no parece ceder y me duele en lo más profundo.

- Si fuiste capaz de acostarte conmigo estando ebria, nadie me asegura que no lo hayas hecho con otros durante la misma noche y no lo recuerdes.

Será...

Lo siguiente que ocurre es mi palma volteandole la cara. Mis ojos se llenan de lágrimas de impotencia y le veo mirarme con una expresión que jamás le había visto. Este no es mi Alex. Qué va, nunca ha sido "mío".