Después de suicidarse despierta confundido, ¿acaso todo fue un sueño? No, era tan real como él.
La nueva vida en esas murallas le dio de todo, compañeros, amigos, familia... culpabilidad.
Pero estas increíbles personas viven atemorizadas e infelic...
Hoy día todos nos preparamos temprano, nadie me mencionó que iríamos a una expedición. Ni siquiera sabía de las formaciones que usaríamos, con suerte el escuadrón al que iría. Me preparé y llegué al establo donde estaban los demás.
―No irás ―sentenció Levi nada más me asomé al lugar―. Todavía no estás listo, menos informado. Y Hange dijo que después de lo de ayer sería contraproducente para tu salud. A mí eso me da igual, pero no quiero lidiar con un estorbo.
¿Por qué? ¿Por qué es tan cruel conmigo? Y qué si así es su actitud normal, eso no quita que sea una mierda. Pero no dije nada de eso, me callé y tragué mi orgullo. Tal vez así podré quedarme a cuidar de la muralla sin nadie que me vigile. De todos modos, la muralla de Trost era la que tenía más probabilidades de ser atacada, por estar al sur.
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―Hola, aniki.
Era Evi, la verdad, aproveché este rato para ayudarlos mientras vigilaba los muros. A esto se le llama matar a dos pájaros de un tiro.
―¡Lo digo en serio, tuviste que estar ahí, fui la segunda mejor de la tropa! ―Tomó una posición heroica y sonrió―. Claro que Esmeril y Alfons no lo hicieron mal... pero no me llegaban ni a los talones.
Se volvió más confiada de sí, aunque siempre lo fue, pero su actitud infantil no cambió ni un poco, pues ahora los tres competían por ver quien limpiaba más cañones.
―Ahh, ―suspiré― la energía de estos niños.
Con el tiempo pensé que se volverían un poco más flojos, pero veo que Shadis les enseñó mucha disciplina.
―¡Chicos!, miren lo que tengo: ¡carne!
O tal vez no tanto. Si mal no recuerdo era Sasha. Todos nos acercamos y descubrí que lo había robado, no pude evitar fruncir el ceño ante eso, pero se esfumó al ver que me ofrecía con un poco de pena.
—Es por lo de la otra vez, debería... ya sabe, ser el primero.
Me sorprendí un poco, pero no tanto como el resto; pegaron un grito al cielo de incredulidad pura.
—Gracias, pero ya desayuné. Come tranquila.
Rato después Itachi vino volando, algunos giraron a vernos pero eso no parecía importarle. Me condujo al borde de la muralla donde, de manera fugaz, pude ver a alguien con capucha mas pronto un rayo hizo presencia y con ello el titán colosal. Era la primera vez que lo veía. Más de cincuenta metros de altura, superaría incluso a mi susanoo.
Tardíos fueron mis reflejos, con su mano rompió la parte superior de la muralla y pateó la puerta. Todos caímos, mas me colgué gracias al equipo; tuve que soltarme casi de inmediato cuando noté a más de uno inconsciente. Alguien con su equipo logró evitar la caída de unos y yo fui por otros para casi inmediatamente volver a agarrarme del equipo.
