𝕀𝕏

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𝐋𝐨𝐬 𝐧𝐢𝐧̃𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐛𝐞𝐧 𝐚𝐩𝐫𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐬𝐮𝐬 𝐩𝐚𝐝𝐫𝐞𝐬 𝐲 𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐝𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐛𝐞𝐧 𝐝𝐞 𝐝𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐞𝐣𝐞𝐦𝐩𝐥𝐨 𝐚 𝐬𝐮𝐬 𝐡𝐢𝐣𝐨𝐬.
𝐍𝐨 𝐬𝐨𝐲 𝐩𝐚𝐝𝐫𝐞 𝐲 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐡𝐚𝐜𝐞 𝐩𝐨𝐜𝐨 𝐧𝐨 𝐞𝐫𝐚 𝐮𝐧 𝐡𝐢𝐣𝐨, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐭𝐮𝐯𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚, 𝐚𝐮𝐧𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐩𝐨𝐜𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥.

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Shisui iba con una canasta repleta de comida y una carta que iba por parte de Krüger que recibió Shisui gracias a Itachi. Muchas de las personas que estaban afuera le veían con cierta duda y enojo. Llegó a la calle por donde vivía Greta y, al ver esa casa que le había descrito bien su amigo, tocó la puerta. Pronto salió una mujer de cabello me anaranjado marrón. Al ver al muchacho que estaba en frente quedó un poco extrañada.

—Muy buenos días, ¿usted es Greta Krüger? —la mujer asintió un poco desorientada— Soy Shisui Uchiha, amigo de Otto y quería darle esto porque —Shisui rió nervioso—...pensé que sería un bonito gesto presentarnos así.

—Oh, ¿él está bien? ¡Pasa, pasa! —invitó feliz.

Se quedaron hablando un tiempo y le contó sobre sus primeras impresiones, de cómo se convirtieron amigos, de todo lo que habían hecho en la academia y como le iba a Otto. Su madre sonreía y se alegraba de saber por boca de un amigo el cómo se encontraba y de la buena gente con la que se unió.

Su casa era bastante humilde, incluso más que donde Shisui vivía con su madre y su hermanita, pero no le era de extrañar mucho; Greta se las arreglaba por su cuenta, no tenía a nadie a quien acudir, no como Angela a Haines.

—Sabes, Shisui, no tengo mucho para ofrecer, pero si necesitas ayuda en cualquier cosa puedo intentarlo.

—No se preocupe por eso ahora, pero usted igual, si necesita ayuda con algo alguna vez, no dude en decirme... Yo y unas personas que conozco estarían encantado de ayudar —hizo una reverencia y se despidió.

Una semana había pasado y, además de Greta, no había avanzado con todo lo que se tenía propuesto. También intentó encontrar a Anka Rheinberger, pero se enteró por rumores que había subido de puesto y se fue a la capital con Dot Pixis.

—Sabía que esto tomaría mucho tiempo, pero no puedo no hacer nada más que ver las murallas y hacerle una revisión cada día. ¿Qué puedo hacer?

—Vendamos comida a un precio muy económico —sugirió Esmeril que apareció detrás de él.

—Así se enojarán los vendedores —descartó Shisui—. Además, ya es otoño no habrá muchos frutos en el bosque para vender.

—¡Regalémosla! —exclamó Alfons.

—Mejor se la damos al que supere una prueba —balbuceó Evi.

Esas palabras le hicieron eco a Shisui, y de inmediato se puso manos a la obra.

—Esto es lo que haremos: primero, buscaremos bayas y haremos mermelada como mamá nos enseñó, tengo mis ahorros así que con eso podremos comprar pan; verduras frescas de temporada, azúcar, hierbas medicinales y leche. Luego la prueba. Será una carrera por el pueblo que será vigilada por mí y el resto de soldados de aquí. Buscaré una manera de hacer que acepten.

—No entiendo, ¿por qué no mejor lo regalamos equitativamente? —preguntó Busch.

—Porque si se los doy en bandeja de plata no van a darse cuenta de los demás, no se van a entretener por competir, solo lo aceptarán y seguirán con sus vidas solitarias sin recordar que alguna vez fueron buenos con ellos. Un ejemplo sería haberte dejado llevarte mi dinero, pero no hice eso, te pedí que fueras con Evi y Alfons a recoger algo y darte una recompensa, y esa recompensa fue mejor que solo darte dinero.

En Búsqueda de paz 𖣘Sʜɪsᴜɪ Eɴ SNK𖣘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora