Sweet Little Creatures In One Home [L.S] (Trilogía SLC II) [M.Preg]

Noche

Tal como lo prometieron, tan pronto como llegaron y se acomodaron en su habitación, llamaron a sus madres, avisándoles que habían llegado bien y no tenían de qué preocuparse. La llamada duró varios minutos, pues mientras hablaban con ellas, sus hijos ya estaban despiertos. Hablaron un buen rato con su bebé Ayla, y con Thommas ni se diga, fue con quien más hablaron. El menor estaba emocionado por las vacaciones de sus papás y verlos en unos días.

Terminando la llamada, decidieron cambiarse y salir a dar un paseo para terminar pasando la tarde en la playa y antes del anochecer ir a cenar.

Estaban en la playa, sentados sobre una toalla. Sus manos entrelazadas sobre la arena. Harry tenía su cabeza recargada en el hombro de Louis. Escuchaban música en volumen bajo mientras disfrutaban de la vista, del sonido de las olas del mar.

Era uno de sus lugares favoritos de ambos por los buenos recuerdos que tenían. Harry acariciaba la mano de su esposo con su dedo pulgar. Giró un poco su cabeza para verlo. El castaño tenía su vista fija en el mar, y en sol que se ocultaba entre las olas. Sonreía, se veía contento, tranquilo, hermoso. Podía quedarse viéndolo la vida entera. Podría tener el mar, la arena, el sol iluminando el mar con esos bellos tonos anaranjados y rojizos, los destellos frente él, pero no era suficiente, él prefería ver a Louis, porque ese era su más bello paisaje para admirar.

Soltó su mano, poniéndola en el lado contrario del rostro de Louis, justo en su mandíbula, haciéndolo girar. Miró sus labios, plantó un beso lento sobre ellos, deleitándose con su suavidad, con la forma en que se movían el uno con el otro. Todo ese momento era simplemente perfecto. Louis puso su mano sobre su cintura profundizándolo aún más de lo que ya era. Ambos amaban sus labios.

Juntó sus frentes.

—Siempre has sido el amor de mi vida, incluso antes de conocerte.— murmuró Harry.

—Y puedo decir que todo este tiempo he sido tuyo y he esperado por ti.— dio un beso corto.

(...)

Regresaban de su cena a su habitación entre risas, chistes y lindas palabras. Caminaban por los pasillos del hotel, ya era algo tarde. Louis deslizó la tarjeta sobre su la placa de su puerta, permitiéndoles así la entrada. Louis fue a sentarse sobre la cama. Harry fue a su lado, dándole un beso en el hombro.

—Ahora vengo, voy a darme un baño.

Louis asintió. Harry se llevó ropa dentro del baño, el castaño no se dio cuenta, pues ya estaba recostado sobre la cama. Sus pies todavía tocaban el piso de la habitación. Bastaron pocos minutos para que se decidiera por ir con él a tomar un baño, y así después irse a dormir. Se reincorporaba en la cama cuando la puerta del baño fue abierta.

—Amor.— tragó con fuerza ante la imagen de su esposo con esa maldita braga roja de encaje.

—Es nuestra luna de miel, ¿no?— sonrió mostrando sus hoyuelos, restando la distancia entre ellos.

Estaba lo fucientemente cerca de su esposo para notar su respiración acelerada. Louis tenía sus manos sobre la cama, en el borde.

—Sí, lo es.— intentó regular su respiración, pero Harry lo había sorprendido con la finalidad de tenerlo así. Porque sabe perfectamente lo que causa en él cuando usa ese tipo de prendas.

Harry se sentó a horcajadas sobre él. Envolviendo sus brazos en el cuello de Louis. Louis puso sus manos sobre su cintura, el rizado tuvo que soltar su agarre para tomar las suyas y ponerlas sobre sus glúteos. Louis hizo un ligero apretón en aquella zona, haciéndolo soltar un jadeo.

—Louis.— musitó.

—Sabes lo mucho que esto...— tomó el borde de la prenda con sus dedos, estirándolo poco y soltándolo, dejando un ligero tono rojizo sobre su piel. —Me pone.