Sweet Little Creatures In One Home [L.S] (Trilogía SLC II) [M.Preg]

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Un día antes de ir a la escuela, Thommas hablaba con Ben por teléfono. Era tarde, casi las doce y ellos seguían en su llamada desde hace horas. Llamada que inició Thommas en un arrebato de impulso a hacer lo que quería.

—Espero que mañana sea un buen día, no me gusta mucho el primer día de clases después de un buen fin de semana.— dijo Ben al otro lado de la línea.

Thommas sonrió, pensando que ese buen fin de semana lo incluía.

—Puedo ayudar en que tengas un buen inicio, también.— sonrió ante su propio comentario. Se sentía bien dejar salir las palabras de su boca y ya no contenerlas.

Thommas quería hacer el intento de aceptarse, pero no era tan fácil, así como intentaba aceptar que había algo por Ben, también intentaba negarlo y reprimir esos sentimientos.

—Si quieres...— escuchó su tono tímido.

—Quiero.— confirmó.

Hubo un largo silencio, el cual Ben decidió romper y aprovechar la sinceridad de Thommas a esa hora de la noche. No quería seguir dudando o pensando de más. Necesitaba hablar con su mejor amigo del beso de esa fiesta, ya que las veces que trataba tocar el tema, Thommas prefería cambiar el rumbo de la conversación y evadirla.

—Thommas, ¿de verdad estamos bien después de ese beso? ¿No sientes algo por eso?

El castaño sintió cierto pánico recorrer su cuerpo por la última pregunta. No quería que Ben empezara a notar sus posibles sentimientos, no quería ser rechazado por su mejor amigo, o arruinar su amistad.

—¿Sentir algo? ¿Algo como qué? No, no siento nada. Estoy bien. Perfecto.— trató de responder deprisa.

No podía ver a Ben, pero él sonreía con esa respuesta nerviosa. Él también tomó el valor de sincerarse un poco en medio de la noche.

—¿Entonces te gustó?— arriesgó un poco.

—Sí.— pasó su lengua por encima de sus labios, recordando los labios de Ben encima de los suyos. —Fue un buen beso, ya lo dije.— se acomodó sobre su cama, dándole la espalda a la pared que tenía a un lado.

—Y... ¿Lo repetirías?

—Sin dudarlo.— respondió en un tono muy bajo de forma automática. Sin pensar en lo que había dicho. Notó el silencio al otro lado de la línea. Fue entonces cuando se dio cuenta de lo que dijo, a quién se lo dijo. Tomó un largo respiro, temeroso por haberlo arruinado. —Ben...

El rubio escuchó lo primero. No esperaba que Thommas respondiera tan fácil eso, ni que fuera ese tipo de respuesta, después de haber dicho en la fiesta que se trataba de un sólo beso de amigos. La emoción no cabía en su cuerpo. Thommas admitió que le gustó y lo repetiría con él. Las palabras no salieron de su boca hasta que volvió a llamarlo con un tono preocupado del lado de la otra línea.

—Yo igual.— respondió queriendo seguir a dónde llegaba la conversación.

Thommas mordió el interior de sus mejillas, sus manos sudorosas amenzaban dejar caer el celular. Sentía algo extraño en su estómago por el cambio repentino de emociones, de uno aterrado, a uno feliz por oírlo decir que también lo repetiría.

Ben entendió que esa conversación no era de sólo amigos, y era algo más que simple amistad. Ellos comenzaban a dejar de ser mejores amigos, e iniciar algo más allá.