Sweet Little Creatures In One Home [L.S] (Trilogía SLC II) [M.Preg]

Visitas

Harry despertó con pesar por culpa del sonido del timbre de su casa que resonaba en todos lados. Era temprano y ese día no esperaban visitas. Louis gruñía por el sonido, enterrando su cabeza en la almohada. Harry le dio un beso en su mejilla.

—Yo voy, sigue durmiendo.— musitó.

—Después de todo ese ruido por la estúpida persona que molesta a esta hora, creo que ya no será posible. Te acompaño, quiero ver quién está jodiendo mi mañana de fin de semana.— se quejó poniéndose sus pantuflas. Harry se ponía su bata, pues el clima comenzaba a enfriarse en ese mes y la llegada de otoño.

Harry bajó con pereza, el timbre seguía resonando en toda la casa.

—Cuanta urgencia.— se quejó.

Louis rodó los ojos, poniendo una mano sobre su frente y otra sobre el hombro de su esposo.

—Van a despertar a los niños.— habló con cierto tono quejumbroso.

Harry se llevó una mano a su mejilla, abriendo sus ojos muy grandes, girando su cabeza un poco a donde Louis, éste le vio confundido, entrecerrando un poco sus ojos esperando alguna palabra suya.

—Peor. Van a despertar a Ayla.

De pronto a Louis se le fue el sueño.

Ayla no era la cosa más linda del mundo como siempre, si se trataba de despertar temprano un fin de semana, y peor aún, por culpa de algo molesto que la haya despertado... como algunas veces pasaba por el sonido de la parte baja de la casa, cuando sus papás preparaban el desayuno y hacían algún desastre, o cuando Thommas la despertaba intencionalmente sólo para molestarla, haciendo ruidos fuera de su habitación. En esos casos, Ayla les asustaba un poco.

—¡Mierda!— apretó su mandíbula. —Creo que seremos dos Tomlinson enojados esta mañana si ese timbre no para de sonar.— mencionó Louis.

Apresuraron su paso para llegar en el menor tiempo posible a la puerta. Harry metió la llave y la abrió, entonces se encontraron con unas personas que no esperaban ver esa mañana.

—¡Mamá! ¡Janet!— Harry de inmediato formó una sonrisa en sus labios, abriendo sus brazos hacia ellas.

Las mayores, se dejaron envolver de sus brazos, ambas. Louis se quedó estático en su lugar, palideció un poco por haber dicho lo que dijo unos minutos antes, todas esas maldiciones fueron para su mamá y su suegra. Sintió un poco de pena. Esperaba que no hubieran escuchado nada detrás de esa puerta o le iría muy mal y perdería el aprecio de Nadine.

Después del abrazo, Harry volvió a su lugar, a un lado de Louis. Vio su cara pálida y sus ojos muy abiertos. Tuvo que reprimir su risa burlona por ello.

—¿No vas a saludar a tu madre?— Janet alzó una ceja.

Louis sacudió su cabeza. Formó una sonrisa temblorosa en sus labios y fue a darle un abrazo y un beso en la mejilla, hizo lo mismo con Nadine.

—Lo siento, mamá. Fue la sorpresa de verlas aquí tan temprano.— dijo mientras se ponía a un lado de Harry y les permitía el paso.

—Sí, claro que fue eso.— respondió Harry burlón en tono bajo para que solamente Louis lo pudiera escuchar.

El castaño lo fulminó con la mirada, dándole un ligero golpe en su brazo. Harry se lo devolvió. Tal cual como dos niños pequeños peleando. Sus madres lo notaron, conociéndolos, no dijeron nada y rodaron los ojos con cierto grado de diversión en su mirada. Estaban felices de que su matrimonio fuera así.

Dejaron de darse golpecitos cuando escucharon una puerta de arriba ser azotada con fuerza. Hicieron una mueca.

Unos pasitos se hicieron sonar desde el pasillo a la escaleras. Notaban unos rizos despeinados y un ceño fruncido. Dio una mirada furiosa a sus mayores que tenía al frente. Ellos se limitaron a encogerse de hombros, como si no temieran un poco de su pequeña fiera malhumorada que tenían como hija.