¿Hermandad, Amistad ó Amor?

Parte VIII: Paren de decir que es amor.

Paren de decir que es amor.

Poco a poco abría sus ojos. Estaba al filo de la cama, un brazo afuera del lado donde debería estar durmiendo el panda, pero ahí se hayan solo su mano reposando en las sabanas. Había algo de baba cerca de su mejilla.

-No vino a dormir aquí - dijo en voz baja con un tono resignado. Se levantó lento, ni se había quitado la ropa de la noche anterior; limpió su baba -¿Es por qué soy babosa? -dijo aún con sus ojos somnolientos, en su voz se escuchaba una pizca de diversión determinado por una amarga caída de su sonrisa. Estaba dolida. ¡Y venía empezando el día!

No tenía ganas de cambiarse, se levantó y fue directo al espejo. Estaba despeinada, su ropa arrugada y sus bigotes doblados.

-Oh, maldición mira, das asco Tigresa. Seguro por esto fue que no vino -le dijo a su reflejo en voz alta, agarrando el marco del espejo. -No. El despierta peor -suelta el espejo y suspira -deja de culparte, dramatizas demasiado, solo... se quedó con ella nada más. Ahora ve a darte un baño.

Dicho esto tomó una toalla, algo de ropa y entró al baño del fondo. Ahí se metió en la tina empezando a acicalar su pelo con el cepillo.

-De pequeños solíamos jugar con la espuma -dijo viendo al cielo; el baño entre paredes no tenía techo, más allá de la entrada. Ella tenía las piernas extendidas dentro de la bañera, encima de ella espuma. Jugaba con ella. - Quizá si volvemos a tomar uno recordemos viejos tiempos... - obviamente un rubor subió y se chocó la frente con la palma - eso sería incómodo. Ya no somos tan niños - se sumergió más. En su cabeza no cabía la idea o el recuerdo de ella y él tomando un baño -¿Cuándo pasó todo esto?

Salió de la tina para secarse y cambiarse. Regresó a su habitación y pateó su maleta.

-La víbora y sus comentarios estúpidos, eso fue - dijo pensando en esa conversación de la noche pasada - ¿Enamorada? No, no, no y no -la puerta se abrió.

-¿Enamorada? - pregunto Po entrando con un jarrón en la mano. Eran galletas.

-Ammm.... -su corazón latió fuerte, no se dio la vuelta, estaba ahí parada si moverse.

-¿Tigresa? -pregunta al verla actuar así.

-¿Esas son galletas? -dijo dando media vuelta y tomando el jarro, toma un par y las mete a su boca para comerlas.

-Sii... de bambú -Tigresa las escupe y le da un atoro, escupiendo migas en la cara del panda - ¿Estás... bien?

-Saben horrible -dijo escupiendo las migas y moviendo la lengua.

-Para ti. Para mí saben deliciosas, me las trajo uno de los hermanos de Thong - Tigresa se reincorpora y le devuelve el tarro.

-Pregunto de nuevo...

-No lo hagas

-¿Sucede algo? - la felina Suspira -solo haces tonterías nerviosa.

-Si, ya habías dicho eso antes. No puedo evitarlo.

-¿Qué pasó anoche? -pregunta comiendo galletas. Ella no se esperaba la pregunta.

-¿Qué-de que hablas?

-Te fuiste a tu habitación, sin despedirte de la maestra Eslí... y de mí -Tigresa baja las orejas y ladea el cuerpo ligeramente, para evitar su mirada.

-¿Tiene que ver con lo de "enamorada" que acabo de escuchar? - cada palabra que salía de él, giraba más su cuerpo hasta estar totalmente a espaldas a él. Estaba muy nerviosa, metía sus garras en sus dedos y agitaba su aliento. -Tigresa -llamó su atención.