Mi, Si

39 9 3
                                    


Lo tuyo es tuyo desde el principio, cuando lo reclamas para ti.

—Debería estar en la habitación treinta, en el segundo piso, pero señorita no está permi... — le dice una cabra. La felina no le dejó terminar.

—Gracias. — Tigresa corre a cuatro patas por el pasillo aun sin hacer caso omiso a las advertencias de enfermeros o demás. — treinta, treinta... — ella tropezó buscando

—¡Señorita! — grita Fung siguiendo sus pasos, la felina llegó a dicha habitación, pero cuando iba a tomar la manija de la puerta, alguien la toma de la muñeca, le da vuelta y la empuja, chocando con el otro tigre

—¿¡Quien diablos eres?! — dijo la felina apresurada y enojada, viendo a esa chica, una pose bastante elegante, un pie adelante y ambas palmas hacia abajo y adelante, viéndola fijamente... vestía únicamente un camisón.

—Aléjate de la puerta, ordené expresamente a todos, que nadie entrara en este pasillo. Largo

—Déjame ver a Po enana idiota

—Que mal hablada. Atrévete a acercarte — dice reafirmando su pose. Tigresa se echa a correr, pero en dirección a la puerta, la gato se barre, haciéndola tropezar y con su pies la suspende en el aire, haciéndola rodar como tronco, alejándola de nuevo

Tirada en el suelo, Tigresa la voltea a ver, sus ojos estaban cristalinos.

—Por favor... — ella bajó la guardia un poco, pero la sostiene.

—No dejaré que nadie le haga daño...

—Yo soy su...

—Se quien eres...

—Entonces déjame pasar... el me necesita.

—Vi lo que hiciste anoche, lo abandonaste por irte con ese degenerado— señala al tigre — y también de tu pasado —Tigresa intenta meter las garras en el suelo

—Espera, ya le reconozco, es usted la patea bolas... — dice el tigre — oiga, no tiene el derecho de hablarle así a la señorita — la gato patea un sesto de basura, suspendiéndolo en el aire, pateándolo de nuevo, para darle en la cara.

—Seguro abusó de ti, gata asquerosa... — Fung iba a hablar, pero Tigresa lo detuvo

—Basta Fung. Si sabes mi pasado, quizá tengas razón — se levanta y limpia un poco sus ropas — doy asco, lo sé, no soy la mitad de buena que cualquiera de ustedes... para él — la gato la ve de pies a cabeza, recordando sus palabras

Antes

—Era inalcanzable para mí, siempre la miré desde lejos y ella siempre me miraba a mi, como el sol viendo a la luna esconderse.

—Todo esto... lo que me cuentas, ¿se lo dirías?

—Si tuviera oportunidad... de dejar de ser tan cobarde...pero ahora está con él, como dices. Aunque no fuera suficiente para ella, nada...

La Mei Ling retrocedió un paso

—No soy una hábil maestra de Kung fu, o una princesa real... o ambas — dijo señalándola, la gato retrocedió otro paso, apretando los dientes — tampoco puedo protegerlo, más de lo que me ha protegido a mi... ni estar en los peores momentos... y aun así es con quien... pertenezco.

Ambas guardaron silencio, Tigresa viendo al suelo y la gato bajando la guardia. Tigresa notó eso y con semblante caído, da un paso, volteándola a ver, esperando su aprobación. Ella miraba al suelo, la tigre toma el llavín de la puerta.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Hermandad, Amistad ó Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora