Cap 11/ Localizados

305 15 12
                                    

Mis ojos se posicionaron en la figura fémina que estaba en busqueda de mi persona. No gritó mi nombre, pero tampoco lo había susurrado. Miré otra vez hacia donde estaban los villanos enmascarados y noté como uno de ellos desviaba la mirada hacia el callejón donde estábamos, así que rápidamente corrí hacia Jiro aún invisible y la cargué antes de que pudiera alertarlos.

—¡¿Pero qué diab...?! —Antes de que terminara de expresarse, logré tapar su boca.

Corrí hacia la espalda del callejón donde parecía ser seguro.

—¿Qué demonios, Delsin? ¡Casi me matas del susto! —espetó, tocando el suelo y mirando en dirección al holograma de video.

Dejé de estar invisible para procurar no empeorar la situación.

—Discúlpame, pero tenía que hacerlo. Esos hombres te iban a escuchar y el plan se habría ido a la basura. 

La contrario suspiró en respuesta, entendiendo lo que pasaba.

—En ese caso, buen trabajo, fumarola. ¿Y qué encontraste? —me dijo, arreglando su ropa de heroína.

Sonreí, complaciente.

—Mientras hablaba contigo por celular, pude ver a cuatro hombres enmascarados saliendo de un vehículo en mal estado. Se veía muy sospechoso, por lo que los seguí por el largo callejón hasta que entraron a un local de pescados. ¿Y con quién me encontré? Pues con uno de los villanos causantes del ataque en el centro de la ciudad.

Jiro me miró asombrada. Y, expectante, dijo:

—Creo que no hace falta preguntar quienes eran los otros tres —mencionó, tocando su frente con sus dedos.

—Procuremos hacer esto en sigilo. No queremos que ahora todo se vaya al carajo —hablé con firmeza.

—Sí, tienes razón. Andando —dijo la azabache, tomando la delantera.

Los dos volvimos, obviamente, con precaución y atentos hacia la parte trasera de aquel local. Como supuse, la puerta donde anteriormente vi a los hombres ahora se encontraba cerrada. Lo que no sabía es si sucedió eso porque nos vieron o porque simplemente la cerraron. 

—Cerrada —comentó la chica, desganada.

Empecé a mirar alguna otra entrada que no fuera la puerta, mas no encontré algo que no te haga ensuciarte las manos. No había otro acceso a excepción de aquel ducto de ventilación que llevaba al interior de lugar.

Jiro también había visto el ducto, por lo que esbozó una pequeña sonrisa en forma de respuesta.

—¿Lista para la acción, mi estimada? —pregunté, con sarcasmo.

—Parece que no hay otra forma... 

Le pedí que usara su quirk para avisarme si escuchaba algo sospechoso y para que me guíe hasta el interior. Procedí a absorber el humo de mi cinturón y centrarme en la única entrada disponible. Jiro, ya estando lista, me alzó su pulgar en forma de que prosiguiera, así que rápidamente me disolví en el ducto para dirigirme a un punto específico del interior del lugar que no conocía.

Pero antes de que saliera disparado, me detuve, ya que necesitaba que Jiro me diga si podía seguir; no quería que me pillaran tan fácil.

—No hay nadie. Sal de ahí —habló la de pelo azabache.

Salí con algo de velocidad por haber estado quieto y sin hacer nada en partículas de humo en el ducto, pero me repuse al cabo de unos segundos. Terminé en lo que parecía ser la cocina del local. Lo pude confirmar debido al fuerte olor de pescado que rondaba por todo el lugar.

In Another World | Delsin RoweDonde viven las historias. Descúbrelo ahora