Epílogo.

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Huyó.

Se fue lejos del pueblo.

Sus padres se volvieron locos. . La reportaron como perdida, la buscaron sin éxito. Uno de sus hermanos recibió una nota de ella, diciendo que estaba mejor que nunca y que no pretendía regresar. Dejaron de buscarla después unos meses, retirando el reporte.

Después, comencé a recibir postales de lugares hermosos, con una sonrisa al reverso.

Pude haberme lamentado el no haberme ido con ella, pero no lo hice. Ella sería feliz descubriendo el mundo y yo no sería indispensable en su vida.

Pasaron seis meses, fue un día lluvioso el día que escuché como arrojaban piedras a mi ventada. No podía ver nada sobre lluvia, sólo una figura, lo que fue muy raro. Abrí la puerta y aire me hizo cerrar los ojos por unos escasos segundo y...

"Hola, terrícola".

Tal vez no fui parte indispensable de su vida, pero si importante.

Al igual que la hora en la que la vi por última vez.

10:10 pm.

10:10 pm / a.iDonde viven las historias. Descúbrelo ahora