10:10 pm / a.i

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Ella tocó con su dedo índice el micrófono un par de veces antes de hablar.

«Hola, buenas noches, espero que estén pasando un buen rato aquí».

Gritos animados llenaron el ambiente y sonreí por inercia.

«Muchas gracias al Señor West por dejarme animar más el lugar, ¡un aplauso para el Señor West!».

Todos, o al menos la mayoría comenzaron a aplaudir con ella, hasta yo. Un señor mayor a los cincuenta y alzó un brazo entre el público sonriendo. Ella, sonriente, sacó de su estuche lo que era una guitarra.

«Ahora con ustedes, This is a Gospel de Panic! At The Disco».

Comenzó con un golpeteo en el cuerpo de su guitarra. Su voz. Su voz era simplemente genial. Armoniosa. Ligera y llena de energía. Sus dedos se comenzaron a mover sobre las cuerdas con agilidad. Todos parecían disfrutarlo mientras tomaban de sus bebidas y platicar. Ella tocó cinco canciones más y después tomó un pequeño descanso y la vi tomar limonada.

Ella ya no era aburrida y poco a poco dejaba de ser misteriosa.