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Después de un mes, ella salía en la tarde, a las seis de la tarde y se sentaba en el pasto y tomaba una siesta, o al menos eso parecía, cerraba los ojos y ponía sus manos sobre su estómago.

Esa chica era rara.

Lauren era tan curiosa como yo, que un día se acercó a ella para preguntarle si estaba bien y por primera vez escuché su risa.

Ella era aburrida, su risa no mucho.

10:10 pm / a.iDonde viven las historias. Descúbrelo ahora