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-Buenas tardes, señor.

El alemán al percatarse de la presencia ajena, no se molestó siquiera en ocultar su molestia.

-Guten Abend

Respondió tan solo por cordialidad, miro de frente, volviendo a "comer"; aunque en cierta forma se le hacía curioso el porqué el peruano se le había acercado y aún más el que lo haya saludado como si nada, no era común, claro está, pero no se iba a molestar más en pensar en aquello. Aunque su mirada volvió donde el peruano, a decir verdad toda esa "imperfección" le causaba un conflicto, una poco común, uno diferente, raro, se atrevía a decir.

-ujm, no pareces un Alemán ¿de qué país provienes?

-No soy Alemán, vengo de otro lugar, una... ¡Transferencia! Se podría decir

-Ya veo, eso explica ciertas cosas

Con esto, tanto el peruano como el alemán volvieron a comer, ambos sin decir nada.

Los ojos del alemán se Iluminaron por breves segundos, si el ajeno no era alemán, eso significa que diferentes personas o hasta quizás Naciones estaban de acuerdo con su ideología, y si las cosas eran así, su objetivo no estaba tan lejano; observó sus manos, temblaban, la sola idea de lograr su objetivo lo ponía ansioso.

-¡entonces bienvenido!

El peruano lo miro algo raro, no estaba tan acostumbrado a cambios de humor tan rápidos, o al menos no como lo hizo aquel nazista.

El Europeo sonría por lo ansioso que estaba, más rápidamente se cubrió la boca al percatarse de la expresión que tenía; queriendo dejar eso de lado, cambió de tema.

-¿Puedo saber de qué lugar vienés?

-Siendo sincero, no creó que conozca el lugar, mayormente excluyen a los países como nosotros de estas cosas

Murmuró lo último, casi sin ser oído. Miró fijamente al ajeno

-¿Por qué ocultar su sonrisa?-

Pensó en voz alta, no era su intención preguntar aquello, más ya lo había dicho.

-... Oh, acaso ¿quieres ver esto?

Señaló sus dientes, unos dientes cuál piraña o mejor dicho un tiburón, aquellos peculiares dientes le causaban orgullo y recelo, incluso ni el mismo lograba entenderse, aunque su accionar tenía razón, la razón era demostrar lo estúpida que sonó aquella pregunta.

-Mira niño, no conoceré cada país del mundo, pero puedo guiarme, y hasta quizás un día pueda visitarlo.

El latino no sabía bien la razón de la reacción del ajeno, aunque quizás se había equivocado en haber preguntado, aunque no había sido su intención, pero de igual forma.

Third miró a sus alrededores, notando como algunos soldados ya se habían retirado, así que se levantó

-Hablaremos luego, es hora del entrenamiento, tienes unos minutos para alistarte y avisar a tus compañeros, nos vemos en el campo de entrenamiento, esperó y estés listo mentalmente, niño.

Sin esperar respuesta alguna, se fue, dejando solo al peruano.

-... ¿Si sabe que soy mayor, no?

Mencionó asegurándose que el alemán estuviera lejos, él debería llamarlo "niño" se le hacía sumamente ofensivo hacía su persona, más no podía quejarse, estaba en territorio enemigo, no podía tener tantas libertades. En realidad, no quería ir a ese "entrenamiento" no le veía utilidad para él, había tenido un entrenamiento con el soviético, y eso ya había sido una total tortura, el solo recordar las mañanas levantándose con agua congelada le provocaba unas sensaciones horribles.

Se levantó de la banca, mirando a su detrás, notando como sus "compañeros" ya estaban terminando, así que por esa misma razón, también se levantó, formándose y yendo donde los demás, la mayoría en ese lugar ya estaba formado, sí que en ese país eran puntuales.

Salieron del lugar, las pisadas hacían un solo sonido, todo en aquel lugar era sumamente controlado, todo, desde los pasos hasta el donde y cuando hablar. Llegaron a lo que parecía el campo de entrenamiento, todos formaron filas, una por cada pelotón, y sí que había varios; todos miraron hacia arriba, donde en un balcón, estaba el nazi.

-¡Hermanos míos! La sangre alemana corre por nuestras venas, ¡estamos destinados a ser una raza superior! Yo soy su guía ¡soy su líder! La única prueba de la verdad... Necesito un grupo de soldados que estén dispuestos a arriesgar todo, den un pasó al frente, serán testigos de una nueva manera de ver el mundo.

-"No, aquí no"

El peruano retrocedió unos pasos, no era que le diera miedo, no, había tenido misiones peores, horribles, pero no podía, debía quedarse en aquel horrible lugar lo más posible, tenía que.

Varios alemanes salieron al frente, haciendo que el Europeo sintiera orgullo, más por alguna razón su mirada cayó en el peruano, rodó los ojos y disimulo la sonrisa que se le formaba, le parecía gracioso, era como un animalito asustado, y aquello le causó una ternura enorme. Se reprendió mentalmente por tal idea, esa era una de las razones por la cuál no era totalmente perfecto.

Una vez que los soldados "elegidos" se marcharon en uno de los automóviles, caminó al lado del peruano, pasando al lado suyo, más se detuvo para susurrarle.

-No te preocupes, buscaré una misión para tí.

No lo decía con intención alguna, solo que esa clase de actitudes demostraba lo mucho que necesitaban madurar-... Tal vez Hitler tenía razón.

-Hablemos cuando terminé el entrenamiento.

-¿Hablar? Digo, ¡Claro, señor! Sin falta.

El alemán sonrió por lo dicho, retirándose del lugar.

Mientras el peruano soltó un suspiro, miraba a sus alrededores, pena era lo que sentía, pena por aquellos jóvenes, apenas y empezaban sus vidas, y ya la iban a perder, aunque sus pensamientos fueron detenidos por él gritó de uno de los generales, indicando que todos volvieran a sus entrenamientos.

[. . . ]

Ya horas habían transcurrido, el alemán estaba en su tienda, preparando algunos papeles, eso hasta que ingresó un soldado sumamente preocupado.

-¡Señor! Aquellos jóvenes que se mandó a la Misión, ellos...-

-Lo sé, me encargaré de ello luego, avísame cuando regresen.

Contestó de manera tranquila, tenía que preparar varios documentos, placas, y miles de cosas más.

[. . . ]

-7 años-...

Quedó desconcertado por haber dicho aquello, no sabía la razón, solo lo había dicho de manera inconsciente; soltó un suspiro al notar que ya Anochecía, técnicamente no tenía ya nada que hacer, el grupo que había mandado no regresaba, y en sí, la Misión no era de dificultad, eso empezaba a preocuparle. Se levantó de su sitió, comenzando a caminar y vagar por allí.

Por otra parte el peruano recién acababa sus entrenamientos, y ya todos se iban al comedor, más antes de irse, se acercó al superior.

-Disculpe señor, no podré ir con ustedes, el señor Third Reich me llamó.

Tan solo recibió una señal para que se vaya, y así lo hizo, emprendió partida al encuentro con el alemán.

Caminaba hacia la tienda del Europeo más nunca se imaginó encontrarlo en el camino.

-Señor, justamente iba a verlo.

[ . . . ]

-Actualizada:

 17/07/2022 - 16:25pm hora peruana

18/08/2022 - 20:19pm hora peruana

Yuanfen (countryhumans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora