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-Señor, justamente iba a verlo.

El alemán se detuvo al notar la presencia del peruano, había estado tan ocupado que hasta había olvidado la cita que le había hecho al peruano; miró alrededor, asegurándose que nadie los viera.

-Bien, sígueme.

El peruano maldijo internamente, por él tono que usó el europeo parecía que se había olvidado por completo que lo había citado.

Empezaron a caminar hacia la tienda.

Él motivó por el cual el nazi había citado al peruano había sido-... Ni él mismo lo sabía, fue un impulso, aunque si lo pensaba bien, tal vez podría aprovecharse de aquella situación y poder ponerlo a hacer algo de papeleo, no habría inconveniente puesto eran papeles comunes.

-Tú-... ¿Recuerdas que envíe soldados a una misión especial, que opinas de ello?

-¿Yo? Pues-... No puedo decir mucho a decir verdad, no se la causa o el motivo del porqué y mucho menos sé cuál es la misión en sí, aunque podría decir que fue por un bien mayor y que lo hicieron por causas honorables.

Mentía, cada palabra que decía era mentira pura.

-Tienes razón, fue por un bien mayor, me sorprende que lo hayas comprendido.

Entraron a la tienda; el alemán "cerró" la entrada, dirigiéndose a su escritorio, empezando a acomodar los papeles.

-Todo lo hacemos por el futuro de nuestro país-... Por el futuro del mundo, el pueblo sirve a la economía y la economía a la capital, no me parece justo vivir en un mundo donde un pequeño porcentaje están estables.

Se dio la vuelta y caminó hacía el peruano, quedando frente a frente, intercambiando miradas.

-¿De qué sirve la economía si esta no ayuda a que las personas no tengan una buena vida?

Le entregó el collar, con una placa con su nombre grabado.

-Soldado Perú, eso suena extraño, dejando eso de lado, estas bajó el mando de los que están bajó mi mando, tienes potencial niño, si te esfuerzas, podrías subir de rango.

El peruano no lo admitía, pero en cierta forma coincidía con la idea del alemán. Suspiro con fuerza, tomando el collar, colocándoselo.

-Le agradezco, prometo esforzarme, no lo decepcionaré. Señor, usted me dijo que viniera después del entrenamiento, ¿por qué razón quería hablarme?.

El alemán dispuesto a dar una respuesta, abrió la boca, más la cerró rápidamente, desvió la mirada alejándose de él y tomó un montón de carpetas del escritorio.

-Historiales; estoy creando historiales, tengo motivos para hacerlo yo mismo antes que alguien más lo haga, como ya sabes, al entrar al ejército se crea una carpeta de información.

Tomó asiento en la vieja silla, siendo observado por el latino

-Los soldados que envié a aquella misión llegarán pronto, necesitarán un trato especial, y yo en cambio rellenaré algunos documentos, espero no estar interrumpiendo algún plan tuyo.

¿por qué no ayudarle? Acomodar los documentos era relativamente fácil y más entretenido de lo que se pensaba.

-No tengo nada más que hacer, con gusto la ayudaré.

-¡Bien! Cuando terminemos aquí podrás ir a comer.

El alemán comenzó a escribir, mientras el peruano tomaba una silla, tomando asiento a un lado, tomando algunos documentos, tratando de descubrir algo de utilidad.

Yuanfen (countryhumans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora