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Camino a lo largo del campo lleno de cadáveres, a pesar de no mostrar expresión alguna, se sentía culpable por todas las pérdidas, sentía que podía haber sido mejor a favor de su país.

-Todo está bien... Todo está bien, los únicos culpables en este mundo son los malos líderes.- Dijo en un susurro mirando hacia todos los caídos. Dio un último vistazo y caminó en dirección de los heridos desde el término de la invasión los doctores se encontraban más atareados, tratando de salvar el mayor número de vidas que se le eran posibles, aunque los de mayor rango tenían preferencias, como sucedió esta mañana, cuando se des... bueno, cambiando de tema, los doctores le habían atendido, dejando de lado a heridos de gravedad, se sintió una basura débil, de todas formas, luego de tomarse tiempo para buscar el cadáver de cierta persona.

-Bien, ¿Cuántos más han llegado?-Preguntó mirando a una enfermera la respuesta le sorprendió, el número había disminuido, supuso que pronto dejarían de llegar, eso era bueno porque cuidar de los que ya había resultaba difícil.

-¿por qué hago esto?- Se preguntó a sí mismo en voz baja, mientras atendía a los nuevos heridos, realmente, no tenía razones para hacer esto, tenía conocimientos, si, pero muchas razones, no, desde su llegada a este mundo le han dicho que su importancia era mayor de lo que creía, y que debía mantener un perfil perfecto, tener empatía no era algo que debía sentir, pero aun así, siempre iba en contra de cómo se supone que debía portarse, soltó un suspiro, y le dio unas indicaciones a la enfermera para que terminara de vendar, iba hacia otro herido, cuando escucho ladridos.

-¿Un perro?–miró en dirección de donde venían, y vio a un perro ladrando y gruñendo a todos, se acercó rápidamente para preguntar qué sucedía, cuando vio en aquella camilla al peruano, casi se queda de piedra al ver el estado en el que estaba, pero logró controlarse–¿Por qué ese perro está aquí?-

No dijo nada, y volvió a dirigir su mirada al peruano, el doctor luego de evaluar la situación simplemente le dejó de lado, Reich no se inmutó, pues él también daría por perdido a este paciente, sobre todo por la cantidad de sangre perdida, era sorprendente que aún siguiera con vida, soltó un suspiro, su corazón dolía, así que decidió hacer la operación, no había muchas probabilidades de que sobreviva, pero no quería quedarse solo mirando como muere, eso era algo que no soportaría.

Le colocó una mordaza, para evitar que se mordiera o que grite cuando despierte por el dolor, no quería fallar por su debilidad, lo siguiente que hizo fue el procedimiento, manos limpias, sacar la bala, asegurarse de que no haya restos, ni nada lastimado en su interior, lo vio despertar y desmayarse por la misma razón varias veces, lo que le hacía sentirse incapaz de seguir, pero como siempre encontró la forma de continuar, las enfermeras que pasaban le ayudaban en ocasiones por petición suya, al finalizar todo salió bien, o más o menos, no podía decir que todo salió completamente bien, ahora todo dependía del mismo Perú, si su cuerpo lograba aceptar la transfusión de sangre, o si lograba superar toda la operación en sí.

[Perú]

Su respiración era en su mayoría tranquila, el cansancio en su cuerpo le permitía dormir, aunque un pequeño dolor en el abdomen le producía un dolor punzante, no era lo suficientemente fuerte para despertarle. Escuchaba voces a su alrededor, sabía que lo eran, más no sabía lo que decían; escuchó un ladrido a su lado, su mente reaccionaba Inconscientemente a los llamados.

Abrió los ojos, acostumbrándose a la luz del lugar; poco a poco abrió los ojos por completo. Tan pronto estuvo totalmente despierto, quiso tratar de moverse, pero un mayor dolor en el costado de su abdomen le impidió, se quejó ante aquello, llevó su mano opuesta a su abdomen, tocando por encima de la herida, apenas dio unos roces y volvió a quejarse, aún más de lo anterior. Levantó la mirada, observando a algunas enfermeras pasando frente a él, atendiendo a demás personas que estaban junto a él.

Yuanfen (countryhumans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora