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Esta parte, esta dedicada a: AriatneBriseida




-2 Semanas después-

Dos semanas habían transcurrido desde el descubrimiento de aquel espía, dos semanas en la cual habían pasado diversas cosas, el retrasa miento de la llegada de Hitler -por términos nacionales-, su trabajó como mensajero, y las múltiples torturas que había recibido aquel espía, estaba de más decir que habían sido semanas de tensión y complicadas, llenas de trabajo y esfuerzo.

El peruano, en el campo de entrenamiento junto a sus demás compañeros, podía decir que se había adaptado a tal lugar, no era del todo complaciente, pero prefería mil veces aquello, que estar con cierto Ruso. La tarde se podría decir que era agradable, el clima era templado, no hacía calor, pero tampoco frío, un día fresco. Un día perfecto

Su entrenamiento fue detenido por el llamado de su mayor. Dejó de lado sus prácticas, acercándose al de rango mayor, saludando y mostrando respeto, como era debido.

-¿Señor, me necesita?

-"El señor Third Reich lo llamó a su tienda, quiere hablar con usted, puede ir"

Perú tan solo asintió, "despidiéndose", salió del campo, caminando hacia la que era, la tienda de Third. Estaba de más decir que su cabeza era ya un revoltijo, ¿para qué llamarlo? No debía ser bueno, nada bueno.

Algunos momentos caminando y ya por fin había llegado a su destino, soltó un suspiro, avisando de su llegada.

-Señor.

A las adentras de la tienda, Third se hallaba escribiendo en su escritorio, una pequeña "lista" de comprar; ese acto fue parado por la llamada, una sonrisa inconsciente apareció en su rostro, aunque rápidamente la cambió, estando totalmente serio. La oficina era todo un caos, papeles botados, algo desordenada, vaya que esas semanas habían sido desastrosas para él, a duras penas tuvo tiempo de cambiarse con la ropa que traía -La cual era una ropa de campo, una con la cual era más cómoda de salir-. Dejó su escritura, saliendo del lugar, mirando al latinoamericano.

-Bien ¿listo? -Lo miraba a los ojos, tratando de controlar su emoción. Teniendo la hoja en mano, solo quería ir.

-¿Listo? ¿Para qué señor? -Perú se acercó poco, estaba curioso, pero tenía cuidado.

-Saldremos

Sin esperar siquiera respuesta, Third tomó de la mano al ajeno y empezó a guiarlo, tenía que ser sumamente cuidadoso si no quería que los vieran juntos. Optó por caminar por zonas más oscuras y solitarias, su pequeño escape podría tener graves consecuencias para ambos.

-Me ayudarás a conseguir algunas cosas, luego regresaremos. -

Third no pudo reprimir una pequeña sonrisa; jaló con fuerza la mano ajena, haciendo que el peruano se acercará más a él, estaba impaciente, quizás ya hasta parecía loco.

-¿De compras? -Estaba de más decir que estaba confundido, ¿esa no era una cita para regañarlo? No, al parecer no era eso, era ir de "compras"-

-Si, algo por el estilo.

Pasando algunos minutos, ya estando lejos de la base, aligeraron el paso. El viento era gélido en esa zona; no se soltaron las manos, podía ser peligroso alejarse.

-El pueblo más cercano se encuentra a varios kilómetros de distancia, ir de compras no es posible, pero podemos utilizar la naturaleza.

El alemán con su mano libre, sacó de su morral un frasco de vidrio, entregándoselo a su compañero.

Yuanfen (countryhumans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora