las cartas que nunca envié.

Carta #12: sublime.

Te conocí el primer día de verano,
Fuiste gota de agua en un vasto desierto,
Un arnés que me detuvo de caer por completo.
Como alas, ahora bailo sobre nubes en el cielo.

Tomé la mano que me ofreciste,
Trepamos al árbol más alto del bosque.
Me mostraste estrellas al contar los lunares en mi piel.
Como brisa, abrazaste mi cuerpo en un vaivén.

Dices que te gusta mi cabello pero, ¿lo has visto cuando el sol se refleja en el?
Dices que jamás has visto unos ojos cafés tan hermosos pero, ¿los has visto brillar al atardecer?

Tienes una manera tan particular de amar
Haces que mis debilidades se vuelvan fortalezas
Si tocas mis imperfecciones, lucen perfectas
Es todo un sueño, tan sublimemente irreal

Dices que te gusta cuando hablo de mis pasatiempos, ¿cómo será cuando me veas haciendo uno de ellos?
Dices que mis chistes son muy divertidos pero, eres el único que se ríe cada que los cuento.

Tienes una manera tan única de amar
Haces que todo lo que digo tenga importancia.
La forma en la que me abrazas por la espalda
Eres de ensueño, tan sublimemente irreal

Tienes una manera tan descomplicada de amar
Mis altibajos los ves como enseñazas
Y mis corazones rotos se vuelven esperanzas
Un sueño hecho real, tan sublimemente irreal

Tal vez sea verdad, tal vez sea un engaño más.
Por ahora, quiero solo disfrutar
No importa si es un momento, o si eres para siempre
Solo quiero disfrutar de lo sublime e irreal que eres.