las cartas que nunca envié.

Carta #40: Luna.

Cuando nadie ve, se reconforta
Cuando nadie escucha, pide perdón
Cuando nadie está cerca, llora en silencio

Algunos la piden para otros, muchos otros desean mientras la observan
Otros hallan paz en su esplendor
Pero nunca van más allá
Hay momentos en los que se aleja, otros en los que está tan cerca
Momentos en el que su brillo no es el mejor
Pero, aun así, no deja de brillar.

Cada noche
A media noche
En el punto medio del cielo
Mira todo, mira a todos
Unos duermen
Otros hacen el intento por sobrevivir
Se pregunta
Qué debería hacer
¿Cómo hacer para dejar de sufrir?

Cada noche a media noche
En la penumbra de la noche
Ilumina a quienes la miran
Pero ¿quién la sostiene desde arriba?
Cada noche a media noche
Finge entre sonrisas que no lo necesita

Cuando nadie ve, se reconforta
Cuando nadie escucha, pide perdón
Cuando nadie está cerca, llora en silencio

Más aún, a pesar de todo
Conserva la esperanza de que algún día
En algún momento de su vida
Alguien diga y haga lo que siempre soñó entre rimas
Más aún, no se deja llevar del todo
Pues aún hay algunos que afirman conocer la luna
Pero jamás han visto su lado más oscuro

Aun así, a pesar de los deseosos por amor
Los codiciosos por ser el mejor
Y los egoístas que causan lo peor
Sigue allá arriba brillando

Cuando nadie ve, se reconforta
Cuando nadie escucha, pide perdón
Cuando nadie está cerca, llora en silencio

Sueña con alguien o algo que jamás ha conocido
Quiere todo lo que siempre ha soñado a ojos abiertos
Ve el mundo de manera diferente
Ve lo bueno en quien sea que se acerque
Podrá ser inocente, pero es como le gusta ser
Alguna vez se dijo, -si no sangras, no aprendes-
Y a pesar de haber perdido mucho, lo que ha aprendido le ha servido mucho.

Porque cuando nadie ve, baila
Cuando nadie escucha, canta
Cuando nadie está cerca, puede ser quien es

Se encontró con la soledad y pensó que sería devastadora,
Resultó ser la mejor compañía que nadie jamás tuvo o tendría.