Carta #2: a medianoche.

830 30 1
                                    

Empezó con un 'gracias' tan inocente.
Se volvieron conversaciones infinitas.
Entre audios y risas,
Mientras yo iba y venía.
Empezó a surgir algo dentro de lo desconocido.
Jamás podría explicarlo.
Entre fotos compartidas.
Mientras tú ibas y venías.
Empezó algo que jamás imaginamos.

Una canción conocida por uno, desconocida por otro.
Un poema escrito por uno, alabado por otro.
Y el sentimiento de importancia que nació en ese momento.
La preocupación del uno por el otro.
Solo un momento bastó para sellar aquello que de la nada nació.

Entre idas y venidas.
Yo te llamé a medianoche llorando, a pedirte que escucharas mi canción favorita.
Te quedaste atónito, atento a mis llantos, susurros, delirios y risas.

Te quedaste anonadado por haberme conocido mucho más de lo que otros decían conocerme.
Pero solo fue un momento,
Solo bastó con un momento:
Un mensaje,
Una razón,
Un motivo.
La situación se salió de control
Junto con nuestro inexplicable amor.

Ahora solo me quedan recuerdos de tu voz diciendo que te gustó que te llamara tan de repente.
Que el sonido de mi voz te relajaba.
Y que mi risa acallaba todas los gritos de desesperanza que en tu cabeza vagaban.
Todo eso quedó en aquella medianoche en vela,
Cuando te mostré mi lado más vulnerable,
Y tú no hiciste nada más que admirarme.

las cartas que nunca envié.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora